Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
La noche más esperada del año está a punto de llegar. Si todos los años esperamos la llegada de Fin de Año con especial ilusión, este 2020 todos tenemos la vista puesta en el 31 de diciembre. Necesitamos que el año termine y por eso muchas nos hemos tomado la noche de Fin de Año como un momento todavía más especial que en años anteriores.
A pesar de que esta Navidad esté siendo muy casera y que las reuniones familiares estén siendo muy reducidas, este Fin de Año hemos decidido tirar la casa por la ventana y ponernos el vestido de fiesta más llamativo, hacernos el peinado de fiesta más sofisticado y apostar por el maquillaje que más resalte nuestros ojos.
En cuestiones de maquillaje en Fin de Año está todo permitido, ya que se trata de una noche muy especial en la que podemos apostar por un maquillaje un poco más arriesgo. Pero, si vamos a apostar por un maquillaje de fiesta algo más especial hay que tener en cuenta algunos aspectos en función de nuestra edad y las necesidades de nuestra piel. Si cada edad tiene una rutina de higiene facial, lo mismo ocurre con los rituales de belleza y maquillaje.
La compañía Thyssenkrupp Home Solutions ha realizado un estudio entre mujeres de más de 60 años sobre sus preferencias a la hora de maquillarse. La mayoría (el 62 %) asegura que se sienten mejor con ellas mismas cuando se maquillan y un 76 % reconoce que, aunque pasen las fiestas con menos compañía que otros años, van a maquillarse este Fin de Año.
Por eso, hemos hablado con Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de Thyssenkrupp Home Solutions, que nos cuenta una serie de recomendaciones a la hora de maquillarte si tienes más de 60. "El rostro y la piel cambian con el tiempo y el maquillaje debe servir para mostrar lo mejor de una misma en cualquier momento de la vida. No hay que dejar de cuidarse, quererse y ponerse guapa, hacerlo es muy positivo para la autoestima y para el bienestar general", asegura el experto.
Las arrugas no son feas, pero una piel descuidada sí lo es. La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y su principal función es proteger el organismo de factores externos que podrían dañarlo. Por eso, hay que cuidarla y mimarla como merece.
Hay muchos tipos de piel y un dermatólogo es la mejor fuente de información para poder conocer qué necesidades tiene cada una a lo largo de toda su vida, pero los cuidados básicos son llevar una buena higiene e hidratación para que mantenga su flexibilidad y suavidad.
Por esto, el paso previo al maquillaje siempre es el tratamiento de la piel con un jabón adecuado y una crema. Al final del día, se debe repetir la operación para eliminar los restos de maquillaje y de otros agentes contaminantes para permitir que transpire y se reponga durante el sueño.
Después de la crema hidratante, lo más adecuado para que el maquillaje sea perfecto y dure más tiempo intacto es usar una prebase. Hay distintos tipos para cubrir todas las necesidades, por ejemplo, para suavizar poros abiertos, disminuir rojeces, disimular líneas de expresión o eliminar el brillo de las pieles grasas, para protegerse del sol o como iluminador. Se pueden usar en toda la cara y el cuello o en zonas determinadas y no es obligatorio echar una capa de maquillaje encima.
Una buena base de maquillaje debe cuidar la piel al mismo tiempo que aporta pigmentación y tener una gran durabilidad, por eso es uno de los productos en los que no se debe escatimar si se quiere conseguir el efecto deseado. La elección del tono es más sencilla de lo que parece: debe ser lo más idéntico posible al color de la piel, ni más oscuro ni más claro porque hará un efecto de careta muy antinatural. Probarlas con diferentes iluminaciones e incluso con el flash de la cámara ayudará a encontrar el mejor producto para evitar sorpresas.
Además, lo más recomendable es tener dos tipos de bases: una ligera para diario y otra con mayor cobertura para la noche. Para que la base quede bien, no debe verse y, por lo tanto, no debe aplicarse en exceso. Es una forma de unificar el tono de la piel, pero no de convertirla en plástico. Nada queda peor que una base que parece aplicada con espátula y, por eso, hay que ser conservador: mejor pecar de defecto que de exceso.
La aplicación resulta más fácil y homogénea si se usa un pincel adecuado o una esponjilla húmeda y debe extenderse a cualquier parte visible, es decir, no se puede olvidar el cuello, las orejas, la nuca o el escote, porque el maquillaje bien aplicado es el que no hace cortes, sino el que lo integra todo. Evidentemente, no se trata de usar la misma cantidad de producto en todas las zonas, sino de difuminarlo adecuadamente.
Una vez aplicada la base, los correctores sirven para cubrir lo que el maquillaje no ha tapado. Se suele usar alrededor de los ojos para corregir las ojeras, para granitos, manchas o rojeces. Hay que tener en cuenta que si la ojera es gris, el corrector tiene que tender al amarillo, pero si lo que se busca es tapar algo enrojecido, es más eficaz usar un corrector verde. Como con la base, hay que difuminarlo muy bien para que no se note.
Esta técnica permite dar volumen al rostro. Una cara de un color homogéneo resulta antinatural y plana a la vista y, para evitar ese efecto, se usa el contouring. Consiste en aplicar luces y sombras para realzar aquello que se desea. Cada tipo de rostro (alargado, redondo o cuadrado) tiene su técnica y, como con todo, la práctica hace la perfección.
Lo primero que hay que saber es que, para que quede bien, se deben usar productos específicos y no cualquier polvo de sol o base oscura. Además, la luz debe ser frontal y adecuada para que no haya errores.
Primero se aplica el iluminador en las zonas que se quieran resaltar del rostro. Lo normal es seguir la línea de los pómulos, la nariz (si no es grande), el arco de Cupido, hueso de la frente, bajo las cejas y la barbilla. Marcar los huesos para dar volumen. Después viene el tono más oscuro para dar profundidad. Se aplica en las sienes, bajo los pómulos y el labio inferior, la mandíbula si se pretende afinar el rostro, la papada o bordeando el puente de la nariz para estrecharla. Por último, se difumina todo cuidadosamente con una esponja o pincel.
Una vez que se ha aplicado la base (paso que no es obligatorio), hay que empezar a definir los rasgos. El maquillaje debe ser fácil de aplicar y favorecedor. Hay que tener en cuenta cuáles son los tonos que más combinan con nuestro color de piel, el del pelo y también con el atuendo, pero lo más importante del maquillaje es que resulte discreto y elegante.
Los colores intensos acentúan los rasgos y envejecen, por eso, a partir de cierta edad, se recomienda optar por tonos nude que son más rejuvenecedores. Dentro de estos tonos, se pueden elegir colores tierra o rosados. La parte superior del pómulo puede resaltarse con un iluminador y el resto con colorete.
Hay que usar las sombras más oscuras para marcar la parte superior de la cuenca del ojo y los más claros para el párpado y bajo la ceja. Así, se logrará el efecto visual de un ojo más amplio y profundo, corrigiendo la caída natural. Aquí también es importante difuminar para que todo el color quede bien integrado.
Cuando el pelo es blanco o muy canoso (ahora la tendencia es mostrar las canas sin complejos), el negro en los ojos sí resulta muy favorecedor a cualquier edad, al igual que cuando es de color rubio platino.
La máscara de pestañas es esencial. Las pestañas pobres o canosas no definen la línea del ojo y, por lo tanto, usemos eyeliner o no, nunca hay que pasar del rímel si queremos que los ojos destaquen.
Para los labios, lo mejor es usar un color discreto y un gloss. Los rojos y granates endurecen mucho los rasgos y afinan los labios; en cambio, los colores suaves y el brillo conseguirán dar un efecto de labio carnoso.
A pesar de que una melena blanca y cuidada queda preciosa, no pasa lo mismo con las cejas y las pestañas. Si desaparecen a la vista, desaparecen dos de los rasgos más expresivos de la cara y por eso, es tan importante maquillarlos siempre. Un tinte permanente de cejas y pestañas que nos hacen sin dificultad en cualquier peluquería podría ser una solución perfecta.
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