La vaca de casta navarra que correrá en Jaén por San Marcos
TOROS
Carnicera está herrada con el número 433 en su costillar y es el "exótico" ejemplar adquirido por la Asociación Cultural Taurina “Villa de Beas”
El Premio Nobel que toreó en el campo bravo de Jaén

Beas de Segura/Desde que se supo, llamó la atención. Por inusual, por extravagante, por su corpulencia y por ser pionera en la gran fiesta del toro en la calle de la provincia de Jaén.
Lleva por nombre Carnicera y está herrada con el número 433 en su costillar. Su capa de pelaje colorado, su gran morfología y su encornadura cornivuelta ha hecho que se hable de ella desde el primer minuto. Su imagen ha corrido como la pólvora en las redes sociales y grupos de Whatsapp sanmarqueros.
La razón que explica la expectación que ha levantado esta vaca, unida a su portentosa presencia no es otra que su origen: una vaca de casta navarra. Hasta ahora en los anales de la historia de las fiestas de San Marcos no existía precedentes de un ejemplar de ganado bravo procedente de esta casta, que es la más antigua de las castas fundacionales del ganado de lidia, conformado por un total de siete.
Tampoco en la provincia de Jaén, hasta ahora, se tiene constancia de un animal así en los festejos populares y la razón es sencilla por evidente ya que el campo bravo de Jaén siempre ha sido el suministro de ganado para la tauromaquia popular.
Este ejemplar ha sido adquirido por la Asociación Cultural Taurina “Villa de Beas” para San Marcos 2025, que encontró esta posibilidad en la finca “El Lucero” de Añover de Tajo (Toledo). Allí, el ganadero Alfredo Ruano contaba a su vez con varias reses que habían sido adquiridas previamente a la ganadería Arriazu, una de las pocas ganaderías que crían y conservan la casta navarra en la región que le da nombre a su procedencia. Precisamente la ganadería navarra de Arriazu está considerada como un auténtico referente en los festejos populares tanto de Navarra como Aragón, La Rioja y País Vasco. Este ganado, por el contrario, prácticamente no tiene cabida en la lidia a pie por la complejidad que desarrollan sus animales.
Esta vaca hará historia en el momento en que se produzca su desencajonamiento, algo que está previsto para el día 24 de abril en la explanada de San Marcos.
El esfuerzo colectivo para adquirir reses
A finales del mes de abril coincidiendo con la festividad de San Marcos, las calles de Beas de Segura y Arroyo del Ojanco “explosionan” con la bravura de las reses. Durante varios días y de forma simultánea, se suceden las carreras, quiebros y recortes a toros y vacas. Los animales están atados por sogas en el testuz de sus cuernos y es por ello por lo que se conoce a esta tradición como “toros ensogados”, que cuenta con una vistosidad única en el mundo de la tauromaquia popular ya que a las reses se les engalana con el collar, aparejo y frontil en el que se luce bordado el nombre de la peña o junta a la que pertenece el animal o en su defecto un ¡Viva San Marcos!
Al frente de la organización de toda esta fiesta se sitúa la Hermandad de San Marcos, institución que organiza, coordina y vela porque todo discurra a la perfección. También es la que aporta el mayor número de reses, contando incluso con una sede que cuenta con sus propios chiqueros en la planta baja y un interesante museo que muestra la fortaleza de esta fiesta.
Junto a ella, son las peñas de amigos o juntas las que se encargan de adquirir reses para luego soltarlas por las calles. Este es el fin último de un esfuerzo colectivo en el que se trabaja todo el año de forma incansable pero también ingeniosa ya que se realizan todo tipo de acciones con tal de conseguir fondos para luego poder comprar un animal bravo para que sea corrido en San Marcos.
Quizás aquí radique uno de los grandes éxitos y mejores secretos de esta impresionante fiesta y no es otro que la participación directa de sus protagonistas desde la autogestión de la propia fiesta.
Estas peñas llegan a pagar por ejemplares de reconocidas ganaderías precios muy elevados, de forma que San Marcos supone un auténtico bálsamo económico para muchos ganaderos y al mismo tiempo las calles de Beas de Segura se convierten en un auténtico escaparate de diversidad de encastes y un muestrario de la riqueza genética del toro de lidia.
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