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La 'mili', el punto que rompió la carrera ascendente del dúo Pecos, que hoy visitan a Pablo Motos

Los hermanos Herrero, los Pecos en una imagen promocional en el año 1999 / EFE
Francisco Andrés Gallardo - Jefe de sección de Vitally

21 de enero 2025 - 14:35

"Adiós, amor, adiós", cantaban en 1980 el dúo Pecos, entre los artistas que forjaron el fenómeno fan en España, en la generación de Miguel Bosé, Pedro Marín o Iván, antecediendo al fenómeno de la Movida. Aquel "adiós" de la canción 20 años terminaría siendo premonitorio. Tras aquel disco las cosas no fueron como se preveían. En este martes los hermanos Francisco Javier ("el rubio", como le llamaban, ahora tiene el pelo blanco) y Pedro José ("el moreno", ahora calvo), los hermanos Herrero Pozo, visitan este martes El Hormiguero.

La pareja madrileña se dio a conocer en 1978 con su primer sencillo, Esperanzas, que con sus voces con tono en falsete impactó en el público juvenil y fue número uno de las listas durante cuatro semanas consecutivas. Ante este éxito, que entreabría una gran carrera en ciernes, firmaron con Epic, una casa discográfica de primer nivel, que pujaba en Los 40 Principales (por entonces emisoras locales que no emitían en cadena, pero sonaban bien en la FM) y lanzaron su primer álbum: Concierto para Adolescentes. La imagen de chicos buenos, que se repartían entre los corazones de sus admiradoras adolescentes por sus aspectos andróginos diferentes, nada duros, les hizo vender por entonces 300,000 copias del elepé. Todo un exitazo, con triple disco de platino. Les cantaban a ellas. Amigos. Tal vez algo más. "Yo quisiera ser parte de tu piel". Cuando se era entonces quinceañero el mundo estaba cargado de muchas más dudas que hoy. Y los calentones se curaban con más abstracciones que realidades. Y nadie nos comprendía. "Háblame de ti, de tu ansiedad". En verdad suena a siglo XXI.

En este ascenso fulgurante sonaban como banda sonora de una generación Háblame de ti, Esperanzas, y Sueños, fundándose clubes de fans por todas partes. El siguiente disco, enlazado sin dar respiro, fue Siempre Pecos, que vendió 700,000 copias.

Con el elepé 20 años, cuando el rubio, el mayor, alcanzaba esa edad y el moreno entraba en la mayoría de edad, reivindicaban su madurez cuando en realidad eran dos pipiolos que había vivido muy deprisa. En ese 1980 la historia de Pecos se vería empañada por la muerte de una fan de quince años en un concierto en Barcelona, en el parque de Montjuich, de El gran musical de la SER. Una avalancha de la multitud, con poco control de los aforos, originó esa muerte y otras seis jóvenes heridas cuando se apretaban 10.000 asistentes.

La música siguió pero en esas llegó el comandante y mandó parar. Porque tenían que irse a la mili y enlazados los períodos uno con otro fueron casi cuatro años fuera de juego. Mucho tiempo. Cuando volvieron, y eso que eran sólo dos veinteañeros con ganas de agradar, las fans los habían olvidado. Habían surgido decenas de nuevos grupos de la Movida y el país ya parecía otro en tan corto plazo.

Los Pecos en un cromo de 1978

Las composiciones de Pedro de 20 años parecían antiguas cuando apenas se habían ausentado un rato. Lo que era un bombazo se interrumpió por el servicio militar obligatorio en España. Y a los dos cantantes madrileños, los mandaron lejos. Francisco Javier, el rubio, en 1981, hizo la instrucción San Gregorio, un duro campamento zaragozano y después estuvo un año en Monzalbarba, cerca de la capital aragonesa. Pedro, el moreno, en 1982, comenzó en San Fernando, en el cuartel de Camposoto y prosiguió después en Transmisiones en Melilla. Así no había manera de recordar a las fans que estaban ahí. Los comentarios en medios hablando de que los hermanos no eran los más simpáticos de la calle no vino a mejorar la imagen en esos años de ausencia. En verdad los Herrero nunca habrían fichado por El club de la comedia pero sufrieron un exceso de crueldad y demasiadas bromas sobre sus voces que ahora no se tolerarían.

El trienio de inactividad total fue un parón y en realidad dio al traste con el fenómeno inicial de Pecos. Regresaron en cuanto pudieron, en 1984 y ya su disco Por arte de magia no encontró al público por lo que los hermanos dejaron los escenarios en 1986. Volvieron, con intentonas, en galas especial y recuperaron el dúo en 1993 con otro disco, Pensando en ti. Pero ya treintañeros parecía que nadie pensaba en ellos. Tenía que recuperarse la nostalgia y se les fue evocando, un poco con guasa y otro más con sentimiento, cuando entrada la década fueron apareciendo de nuevo por festivales y fiestas. Fue ya con el nuevo siglo, en 2003, cuando fueron reivindicados con mejor oportunidad por sus 25 años con el álbum ¿Dónde estabas tú?, que no alcanzó la repercusión de los inicios pero fue la recuperación de sus admiradores primeros más el descubrimiento de los jóvenes de esa época, siendo doble disco de platino y 250.000 copias.

Javier participó con poca fortuna en Tu cara me suena y Pecos dejó de ser la marca musical que podía haber sido en algún momento. Por separado nunca han llegado a acercarse a lo que los hermanos lograron juntos. Debidamente promocionados, generando sensación de gran acontecimiento, su gira de los 45 años, Dos voces y una historia, reclama lo que fue este dúo y lo que llegó a representar. Una gira que hoy se presenta en El Hormiguero y que comienza en marzo. Pasarán por Zaragoza, Bilbao, Valencia, Murcia o Madrid. Javier y Pedro, aunque han seguido caminos musicales separados, siguen manteniendo un vínculo fuerte tanto personal como profesional, con Javier actuando en solitario y Pedro dedicándose también a la escritura.

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