Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Donald Trump o la paradoja del deshonesto cumplidor
Cientos de empleados de Twitter anunciaron este jueves en la propia red social que habían decidido abandonar la compañía, después del ultimátum lanzado por su nuevo propietario, Elon Musk, que les instaba a trabajar duro o a abandonar la firma.
"De: DM de Ingeniería a Elon Musk. Asunto: Adiós", publicó un usuario en la red social que se identifica como ingeniero en Twitter y que tiene más de 34.000 seguidores.
Al margen de los propios empleados en las redes, medios estadounidenses como el New York Times citaron fuentes internas de la compañía que confirmaron que muchos empleados han optado por abandonar y que la propia empresa está tratando de convencer a algunos de ellos para que no se marchen.
Según la información del Times, el propio Musk y sus asesores más cercanos están reuniéndose con empleados a quienes consideran fundamentales para el funcionamiento de la empresa y pidiéndoles que no se marchen.
El diario cifra en cientos los trabajadores que habrían comunicado ya a la empresa su partida.
Este es el resultado del ultimátum que Musk dio a sus empleados el miércoles, en que les ofreció elegir entre dos opciones: comprometerse a trabajar largas jornadas y de forma extremadamente dura o dejar la empresa con una indemnización de tres meses de sueldo.
El propietario de la red social envió un correo electrónico a la plantilla en el que anunció que para crear la Twitter 2.0 hará falta "trabajar muchas horas a alta intensidad" y que solo quienes ofrezcan un "desempeño excepcional" pasarán el corte.
"Si estás seguro de que quieres ser parte de la nueva Twitter, por favor pulsa sí en el enlace de debajo", señaló el mensaje, que añadió un enlace a un formulario que cada empleado puede rellenar.
"Cualquiera que no lo haya hecho para las 5pm ET de mañana (jueves) recibirá tres meses de indemnización", añade Musk, dando de plazo hasta las 17.00 del jueves, hora de Nueva York (22.00 GMT).
En el mensaje, el nuevo dueño de Twitter adelantó además que la empresa va a estar a partir de ahora más enfocada hacia la ingeniería y que los programadores constituirán la mayor parte de la plantilla y tendrán la mayor influencia.
"En el fondo, Twitter es una empresa de software y servidores, así que creo que esto tiene sentido", apuntó el empresario.
Musk ha acometido ya una importante reducción de la plantilla de la red social, donde pocos días después de hacerse con el control despidió a aproximadamente la mitad de los alrededor de 7.500 empleados que tenía la empresa.
En los últimos días, el multimillonario también ha despedido a varios empleados que cuestionaron a través de la propia red social algunas de sus afirmaciones sobre el funcionamiento de Twitter.
El caótico desembarco de Musk en la compañía ha incluido además el anuncio -y posterior retirada- de nuevos servicios como la verificación de pago, que permite a cualquiera que pague 8 dólares al mes contar con el símbolo azul que hasta ahora identificaba a cuentas relevantes cuya identidad había sido confirmada.
En medio de críticas, y después de que usuarios usasen esa opción para hacerse pasar por empresas y personalidades, Twitter detuvo temporalmente este nuevo servicio, Twitter Blue, que en principio dijo que volvería a poner en marcha a finales de esta semana.
A última hora del martes, Musk anunció que el relanzamiento de Twitter Blue se retrasa hasta el 29 de noviembre para garantizar que es sólido.
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