Otra vuelta de turca

SENTIRÁN EL ALIENTO EN LA NUCA | ENTREVISTA

Javier Biosca, especializado en la actualidad política de Turquía, desvela en su libro la deriva autocrática del presidente Erdogan

El periodista Javier Biosca.
El periodista Javier Biosca. / M. G.

La ficha

'Sentirán el aliento de Turquía en la nuca'. Javier Biosca. Península. 256 páginas. 19,90 euros

Mientras el libro del periodista Javier Biosca veía la luz, dos hechos cruciales se han producido en relación directa con el país de todos los trampantojos: Turquía. De un lado, fallecía en su exilio norteamericano el clérigo Fethullah Gülen, al que su otrora amigo y luego archienemigo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, acusó de haber orquestado el último y fallido golpe de estado de 2016, lo que produjo una purga de dimensiones elefantiásicas en el país para disipar toda infiltración del gulenismo en cualquier costura del estado.

Ahora, por otro lado, la caída de Bachar El Asad en Siria ha evidenciado el ojo clínico de Turquía en el devastado país. Siempre patrocinó a las claras a los rebeldes del Ejército Nacional Sirio (ENS), mientras de soslayo favorecía la intendencia a los salafistas de Hayat Tahir al Sham (HTS). Ahora, sobre el extraño panóptico de Siria, se habla de una inminente operación militar turca contra las milicias kurdo-árabes (FDS), apoyadas por Estados Unidos, pero que Turquía considera terroristas por ser la rama siria de su odiado PKK.

Mirar el mapa de Turquía es como asistir a una muestra de geografía híbrida. De puertas adentro, el libro de Javier Biosca también enseña los entresijos políticos de un país igualmente híbrido. La política interna toma cualidades de novela negra y policiaca. Nadie es quien asegura ser. Secuestros secretos, tráfico de oro y divisas prohibidas a Irán, periodistas perseguidos, pinchazos a móviles…

El lector dudará sobre si el país de Erdogan es una verdadera democracia o no. El periodista afirma que sí. "Lleva celebrando elecciones libres más tiempo que España. El problema es que Erdogan ha hecho que el terreno de juego sea desequilibrado (control de la justicia y los medios de comunicación, persecución de opositores, etc). Las primeras cuatro mayorías absolutas de Erdogan son incontestables. El pasado año estuvo a punto de perder las elecciones. Turquía era vista como la Hungría de Orban: una democracia en manos de un autócrata". Todo apunta a 2028. "Será el punto de inflexión. Se acaba el mandato de Erdogan. En teoría, no podría volver a presentarse. Ahí se decidirá el futuro democrático de Turquía".

El libro viene a ser como una especie de coleccionable acerca de maniobras políticas en la sombra. Se habla de estado profundo (trama Ergenekon), de estado paralelo (FETÖ o el gulenismo solapado). Hasta de estado fallido. "En este sentido parece que hay una serie de campos (gulenistas, kemalistas, islamistas, kurdos…) irreconciliables que luchan por el dominio o la influencia en las instituciones estatales. Erdogan lo sabe y ha sabido jugar muy bien con ello, acercándose poco a poco a unos y otros para destruir y perseguir al resto. Ejemplo: cuando fue a por la élite kemalista laica, tanto la izquierda, como gulenistas y kurdos, guardaron silencio; cuando fue a por los gulenistas, la izquierda, los kemalistas y los kurdos hicieron lo mismo".

Volviendo al recién fallecido Fethullah Gülen, su tentacular movimiento (Hizmet, el servicio) se ha comparado en España con el Opus Dei. ¿Y quién fue realmente este opaco personaje? "Fethullah Gülen era un imam y predicador conservador y nacionalista que se cría en una Turquía que impone el secularismo a la fuerza. Su estrategia pasa entonces por sacar la religión de las mezquitas, mostrando un islam moderado cercano incluso al conocimiento científico, el mundo empresarial, la educación… Quería que sus valores e ideas permearan en la sociedad de manera indirecta y desmentir la vieja creencia de que la religión era superstición. Levantó un movimiento de miles de seguidores que a su vez han puesto en marcha iniciativas para expandir su causa, desde empresas a ONG y medios de comunicación. Se convirtió en un movimiento muy poderoso e influyente en Turquía". Aunque elementos gulenistas estuvieron implicados en el golpe de Estado de 2016 (el "golpe de los WhatsApp"), atribuir su autoría intelectual al clérigo es un paso mayor.

La Turquía más autócrata suele chocar con el Tribunal Constitucional, que sirve de refreno. Se vio en el caso del periodista Can Dündar, al que el gobierno ha querido encarcelar a toda costa por supuesto espionaje y terrorismo. "El problema –dice Biosca– es el cumplimiento que hace Erdogan de esas sentencias judiciales. Cuando el Constitucional ordenó la liberación de Can Dündar, Erdogan dijo que era el propio Tribunal el que había violado la Constitución. El presidente estaba obsesionado con encarcelar a Dündar y dijo incluso que estaba dispuesto a pagar la indemnización si posteriormente el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenaba a Turquía por mantenerle en prisión. Dündar tuvo que huir del país y vive exiliado en Europa".

Durante décadas Turquía ha estado asociado al cinturón de castidad de las Fuerzas Armadas, herencia del secularismo a ultranza de Atatürk. Hoy, tras largos años en la Turquía de Erdogan, los cuadros militares se dividen en europeístas y atlantistas, nacionalistas cerrados a la UE y a cualquier potencia y euroasianistas con ojos puestos en Putin y en cualquier influjo aún no definido del Extremo Oriente. Para el periodista, "desde el golpe de 2016 los atlantistas han sido los más perjudicados".

Sobre si el legado kemalista del propio Mustafa Kemal Atatürk se parece a un florero (Atatürk significa el padre de los turcos y es el fundador de la actual República en 1923), a decir del periodista "el kemalismo todavía está presente y es muy influyente, pero esa concepción cerrada de nación ya no existe y será muy difícil que vuelva. Erdogan ha sido definido como un Atatürk anti-Atatürk, porque defiende el mismo modelo vertical de imponer una identidad, pero con valores contrarios a los del fundador del Estado moderno turco". De ahí, por ejemplo, las claras alusiones al legado del Imperio Otomano que el hoy presidente ha rehabilitado, como se observa incluso en alguna de las famosas series históricas turcas de televisión (las dizis en turco).

En corto

-¿Teme convertirse con su libro en persona non grata en Turquía?

-He tratado de hacer periodismo riguroso y honesto. En Turquía existen periodistas críticos, sobre todo extranjeros, así que espero que eso no ocurra.

-¿Pudo ser asesinado el Nobel turco de literatura Orhan Pamuk por sus opiniones políticas?

-En 2008 se acusó a la trama ultranacionalista Ergenekon de planear su asesinato, lo que él denunció públicamente y dijo haber visto las pruebas.

-¿Por qué aconsejaría viajar a Turquía?

-Porque es un país con una historia, una cultura y un pueblo maravillosos.

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