Gaza, más allá del horror
Historias de Gaza | Crítica
Con buen pulso periodístico, Mikel Ayestarán nos descubre apuntes desconocidos sobre el devastado lugar.

La ficha
Historias de Gaza. Mikel Ayestarán. Península. 256 págs. 19,90 euros
Habla de “gazacentrismo” el periodista y reportero Mikel Ayestarán (Beasain, Guipúzcoa, 1975), actual Premio Ortega y Gasset de Periodismo por su cobertura multimedia desde los escombros de Gaza. Afirma que Gaza se difumina en el torbellino noticioso cuando estalla cualquier conflicto cercano o cuando guerras con aroma a Segunda Guerra Mundial, como la de Ucrania, estallan de pronto. Aún así, cuando Gaza ruge, todo converge y la más famosa y triste lengua de tierra del mundo se convierte en el vórtice de toda noticia. Así sucedió el 7 de octubre de 2023, con la llamada Operación Inundación de al-Aqsa perpetrada por Hamas, lo que dio lugar, hasta hoy, a la devastación de la franja por parte de Israel (64.260 personas –y subiendo– habrían muerto según un estudio de la revista científica The Lancet).
Gaza es como un apéndice de operaciones israelíes contra Hamas (Plomo Fundido, Pilar Defensivo, Margen Protector). Nada, sin embargo, es comparable a la actual devastación. Historias de Gaza, no obstante, va más allá de lo estrictamente bélico. Ayestarán, como ya hizo en anteriores libros (Oriente Medio, Oriente roto, Las cenizas del califato, Jerusalén, santa y cautiva), nos acerca a los pormenores más desconocidos de este insólito y encajonado lugar del Mediterráneo.
La guerra todo lo ciega y poco o nada se sabe del alto valor arqueológico que esconde la desvalida franja. En 2022 se descubrió una necrópolis romana con 134 tumbas fechadas entre el siglo I a. C. y el siglo II d. C. Como enlace comercial entre el antiguo Egipto y el Levante, la historia de Gaza es rica y milenaria. Egipcios, filisteos, persas, babilonios, griegos, romanos, bizantinos, fatimíes, mamelucos, cruzados, otomanos y británicos forman parte del vasto friso de civilizaciones que tuvieron su influjo en Gaza. Convertida en papilla por los bombardeos israelíes, cuesta creer que Gaza sea esto mismo también: un caravasar de culturas. No sorprende que un paquidermo ignorante y zafio como Donald Trump proponga abrir aquí un resort de lujo al estilo de un Gaza d’Or. Sobrarían, por supuesto, los propios gazatíes. La infamia no conoce medida.
Historias de Gaza viene a ser el resultado de dos décadas de trabajo en la zona por parte del autor. “Nunca he trabajado en un sitio como Gaza, cercado por tierra, mar y aire, un ahogo difícil de explicar con palabras”.
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