Escuchando al ser vivo más gigantesco del mundo: un singular experimento acústico

Un experimento recogió sonidos y vibraciones de la colonia del Pando, conformado por 47.000 hectáreas de álamos temblones

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Escuchando al ser vivo más gigantesco del mundo: un singular experimento acústico / M. G.

19 de septiembre 2024 - 14:47

Un inusual experimento ha conseguido recoger el 'retrato sonoro' de Pando, un aspen que pese a parecer un bosque normal, bajo la superficie es en realidad un único organismo de más de 47.000 ejemplares geneticamente idénticos de álamos temblones conectados a través de sus raíces. Ubicado en el Bosque Nacional de Fishlake (Utah, Estados Unidos), Pando se extiende por más de 43 hectáreas y es reconocido como el árbol más grande de nuestro planeta, tanto en peso como en área de tierra. Es considerado también uno de los organismos más antiguos que persisten en la Tierra, con aproximadamente 9.000 años de antigüedad.

Este intrigante estudio formó parte del 184º Encuentro de la Sociedad Acústica de América que se celebró hace unos meses en la ciudad de Chicago (Estados Unidos). Jeff Rice, artista sonoro de Seattle, y Lance Oditt, fundador de la organización sin ánimo de lucro 'Friends of Pando', presentaron su trabajo, denominado Beneath the tree: The sounds of a trembling giant. Unos resultados sorprendentes relacionados con la acústica del majestuoso organismo que podrían desafiar nuestros conceptos de identidad en el mundo natural.

Investigación de sonidos de Pando

Rice y Oditt registraron una amplia gama de sonidos procedentes de Pando, desde el simples susurros de sus hojas hasta los eventos climáticos que recorren su extensa superficie. Rice, en su faceta artística, se vio particularmente fascinado por las vibraciones registradas durante un temporal de viento. Incluso planteó la posibilidad de grabar el sonido del sistema radicular de Pando, que según algunas fuentes, podría alcanzar profundidades de hasta 27 metros.

Para lograrlo, escogieron ubicaciones específicas de grabación y usaron hidrófonos como instrumento principal. "Los hidrófonos no necesitan solo agua para funcionar", afirmó Rice, "Pueden captar vibraciones de superficies como las raíces". Y así fue, cuando se puso los auriculares, Rice detectó un sonido. Aunque de momento no se ha podido confirmar con certeza que este sonido provenga del sistema radicular de Pando, el hallazgo respalda la hipótesis de que las vibraciones pueden viajar de un árbol a otro a través del suelo.

Vibraciones y mensajes naturales

Siguiendo esta línea, un experimento adicional donde los investigadores golpearon ligeramente una rama a 27 metros de distancia resultó en un 'golpe' bajo registrado por el hidrófono. Este resultado fue comparado por Rice con el clásico experimento de los latas conectadas por un hilo, donde los 47.000 'árboles' serían las latas y el amplio sistema de raíces haría las veces del hilo de conexión.

Además, durante una tormenta, las hojas de los árboles se removieron de manera más intensa y la señal registrada por el hidrófono también aumentó, lo que puede indicar una respuesta del sistema de raíces del bosque de aspens a los cambios climatológicos.

De arte a ciencia, futuro de la investigación

"La investigación es fascinante, el proyecto empezó siendo arte y ahora vemos un enorme potencial para su uso científico", afirmó Oditt. Convierten el aire, a través de la vibración (sonido), en una posible forma de revelar el funcionamiento interno del vasto sistema hidráulico oculto de Pando sin provocar daños.

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