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Los beneficios de los lácteos en la dieta equilibrada

El consumo de lácteos en las diferentes etapas de la vida constituye un grupo de alimentos muy importante para la salud humana.

Rafael A. Castro Jiménez. Especialista En Medicina De Familia Y Comunitaria. Doctor En Medicina

25 de abril 2015 - 01:00

LOS derivados lácteos se conocen desde hace milenios. Ya en el Neolítico con la domesticación de cabras y ovejas, hace casi unos 9.000 años en el Mediterráneo Oriental se comenzó a utilizar en la dieta, aunque no existen registros de consumos lácteos hasta unos mil años después.

Desde entonces, estos productos han estado presentes en las diferentes civilizaciones.

Desde el punto de vista nutricional, el principal valor de los lácteos es su riqueza en calcio, por lo que constituyen la mejor fuente de este mineral para el organismo.

Los lácteos son imprescindibles en cualquier etapa de la vida aunque su consumo merece una especial atención en etapas en las que los requerimientos son más elevados (infancia, adolescencia, embarazo, lactancia, menopausia y vejez). El consumo recomendado depende de los requerimientos nutricionales según la etapa de la vida, entre 2 a 4 raciones al día.

La composición y valor nutritivo de los productos lácteos (leche, yogur, quesos…) radica en la presencia de proteínas de alta calidad, calcio y vitaminas, especialmente en lácteos enteros, sin embargo los desnatados contienen menos grasa y calorías, pero también menor cantidad de vitaminas liposolubles (retinol y vitamina D), aunque algunos están enriquecidos con estas vitaminas. Según su información nutricional son uno de los alimentos más completos, ya que contienen casi todos los nutrientes esenciales para el hombre, como por ejemplo: minerales, vitamina B2 o rivoflamina, vitamina D, vitamina A o retinol y proteínas de alta calidad,. Sin embargo carece de vitamina C, fibra y hierro.

Tiene un alto porcentaje de agua (88%) que puede contribuir significativamente a las recomendaciones de la ingesta líquida. Su rendimiento energético y aporte nutricional de la leche (200 ml leche entera) son por tanto: 130 kcal; 6,6 g proteína; 7,4 g grasa; 10 g hidratos de carbono; 242 mg calcio; 0,36 mg vitamina B2 y 70 mcg retinol.

Los tres tipos principales de productos lácteos son la leche, el queso y el yogurt.

La leche es un alimento denso en nutrientes y, se puede obtener en muchas variedades, incluyendo la entera, la de grasas reducidas al 2%, la baja en grasa a 1% y la desgrasada. Hay más de 400 variedades de queso y todos son hechos a base de leche. El queso es también un alimento muy denso en nutrientes. El yogurt es una mezcla de leche y crema que se fermenta por ciertos tipos de bacterias. Hay muchos tipos de yogurt, dependiendo de variables como son el tipo de cultivo de bacteria y la cantidad de grasa de la leche. Con frecuencia se añaden endulzantes y sabores al yogurt.

La mala fama que a veces se ha creado sobre los lácteos, son falsos mitos, ya que la leche aporta infinidad de aspectos positivos a nuestra salud.:

Ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer, en especial los vinculados con el aparato digestivo.

Optimizar el sistema inmunológico, activar las defensas naturales.

Reducir el síndrome premenstrual como la hinchazón y el malestar abdominal.

Minimizar los efectos negativos de los antibióticos y protege al estómago de la erosión que provocan ciertos medicamentos.

Actuar sobre la flora intestinal, mejora el funcionamiento del peristaltismo de los intestinos, por lo que evita el estreñimiento y controla la diarrea.

Aportan apreciables cantidades de proteínas, calcio, fósforo, riboflavina y retinol y también, aunque en menor medida, de tiamina, folato, niacina, vitamina B12, D, magnesio y cinc.

Previenen la desmineralización de dientes y huesos y, por tanto, evitan las fracturas.

Ayuda a controlar el peso corporal, ya que el calcio y sustancias hormonales que contienen como las exorfinas ayudan a controlar la ansiedad y el apetito.

Regula la hipertensión arterial, ya que son en general alimentos pobres en sodio. Excepto los quesos maduros que deben ser evitados en caso de tensión arterial alta.

Importante será destacar los beneficios que aporta a los diferentes grupos de edad:

En los niños la ingesta ayuda a: un crecimiento óptimo ayudando a conseguir un pico de masa ósea adecuado, obteniendo un correcto control de la grasa corporal y con la diversidad en el consumo de lácteos regula el perfil lipídico.En adultos hipertensos, disminuye las cifras de presión arterial, estabiliza el perfil lipídico y controla el peso corporal.En los ancianos ayudan a mantener la masa ósea, ayudan a la regulación de la presión arterial, controlan los niveles de colesterol y regulan el peso.

Por ello, los nutrientes aportados por estos alimentos los convierte en un importante valor nutricional diario para la mayoría de personas, ya sea en el desayuno o cena, los lácteos deben estar presentes en nuestra dieta.

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