Ambiente en Roma tras la muerte del Papa: entre la tristeza de los fieles y la normalidad de los turistas
La basílica de Santa María Maggiore en Roma, elegida por el Pontífice para su descanso eterno, acoge a peregrinos y turistas que viven con diferentes emociones el fallecimiento
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Roma/La basílica de Santa María Maggiore en Roma, elegida por el papa Francisco como su lugar de descanso eterno, refleja este lunes un ambiente mixto donde la tristeza de los fieles ante su fallecimiento convive con la normalidad de los turistas y la vida cotidiana de los romanos. Este templo, una de las cuatro basílicas papales de la Ciudad Eterna, se convertirá pronto en el destino final del primer pontífice latinoamericano, quien rompió la tradición al solicitar ser enterrado fuera del Vaticano.
"Sentimos una gran tristeza", confiesa Fabio, peregrino milanés de la parroquia de Santa Margherita, quien acompaña a un grupo de adolescentes durante su peregrinaje jubilar en Roma. A pesar de que la visita al templo estaba programada con antelación al fallecimiento papal, asegura que aprovecharán para rezar por el Santo Padre.
Por su parte, Eugenia, turista portuguesa, fotografía la fachada del templo mientras expresa su pesar por la muerte del pontífice, aunque reconoce que no le sorprendió el desenlace tras conocer su delicado estado de salud durante la reciente hospitalización.
La vida en torno a la basílica
En los alrededores del templo, la vida transcurre con relativa normalidad, solo interrumpida cuando las campanas doblaron a muerte tras anunciarse el fallecimiento del papa, según explica Imra, dependiente de un puesto de comida situado frente a la basílica.
El interior del templo ofrece un paisaje variopinto: peregrinos que atraviesan la Puerta Santa con motivo del Jubileo, turistas capturando fotografías, curiosos observando la arquitectura y devotos en actitud de oración.
"Estamos entristecidos por la muerte del papa, pero a su vez contentos de que haya fallecido en una fecha tan señalada, el lunes de Pascua", comenta a Efe una peregrina cordobesa que visita Roma con motivo del Jubileo.
Entre lo extraordinario y lo cotidiano
Egoitz Sanz, visitante bilbaíno que recorre la ciudad junto a su familia, representa a quienes desconocían el vínculo especial del templo con el pontífice: "Estos días estábamos de visita en Roma y nos ha coincidido con la muerte del papa", explica antes de entrar en la basílica, admitiendo que ignoraba que fuese el lugar elegido para su sepultura.
Para los residentes habituales de la zona, como Cesare y Nino, dos hombres que conversan frente a la basílica, la noticia tampoco resultó sorprendente debido al deterioro de salud del Papa. "En Roma estamos habituados a la muerte de los papas, yo ya he visto morir a siete de ellos", comenta Cesare, comerciante con un puesto de recuerdos en la plaza frente al templo.
Un adiós con sonido de campanas
Al igual que en San Pedro, las campanas de Santa María la Mayor doblaron a muerte este mediodía, anunciando con 13 minutos de tañidos solemnes que "Su Santidad Francisco ha regresado a la casa del Padre", según comunicó oficialmente la institución.
La basílica, enclavada en el bullicioso centro romano, difundió un comunicado expresando: "Con filial reconocimiento, recordamos su amor por la Virgen Santa, a cuya intercesión hemos confiado cada paso de su ministerio petrino. Imploramos para él la luz eterna y la paz prometida a los justos".
El vínculo especial entre Francisco y esta basílica se forjó por su profunda devoción al icono mariano 'Salus Populi Romani' que se conserva en el templo, motivo por el cual expresó su deseo de ser enterrado allí, apartándose de la tradición que situaba a los pontífices en la cripta vaticana.
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