La farmacia también es equipo

El primer curso de Salud Diferencial en el ámbito farmacéutico pone en valor la importancia de integrar la perspectiva de género en la atención sanitaria

Interior de una farmacia
La farmacia desempeña un papel fundamental por su cercanía, accesibilidad y disponibilidad. / EFE
Carmen Jódar - Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria

08 de abril 2025 - 10:54

En un momento en el que la salud se enfrenta a nuevos retos, tenemos claro que la coordinación entre profesionales se convierte en un pilar indispensable. Pero la coordinación no sólo afecta a la relación entre los especialistas de Atención Primaria con los de Atención Hospitalaria, que ni que decir tiene, es clave en la agilidad y en la mejora de la asistencia para el paciente en seguridad clínica; el trabajo en equipo entre Atención Primaria y la Farmacia Comunitaria también representa una oportunidad única para ofrecer una atención más cercana, eficaz y centrada en el paciente. Esta colaboración permite un acompañamiento continuo en el que todos los profesionales comparten un mensaje único, adaptado a las necesidades reales de cada persona.

Como fiel defensora de la Atención Primaria, soy persistente en el mensaje de la importancia de la trinchera porque juega un papel esencial en la salud de la población. Nuestra proximidad a los pacientes, la accesibilidad y el enfoque integral nos convierten en el eje central desde el que se coordina la atención sanitaria. Es en el nivel asistencial donde se construye la relación de confianza que nos concede una información privilegiada de las personas que atendemos y cuidamos, permitiéndonos detectar en muchas ocasiones de forma precoz diferentes problemas de salud. Y ya se ha demostrado que la continuidad en la atención médica tiene múltiples beneficios para la salud de los pacientes, porque facilita una relación sólida y de confianza entre el paciente y el profesional, lo que permite un conocimiento profundo de las necesidades individuales y una atención más personalizada. Y esto es así, hasta el punto que se ha observado que reduce la frecuencia de visitas a servicios de urgencias y hospitalizaciones, y en algunos casos, incluso disminuye la mortalidad.

Pues en esa longitudinalidad está integrado el farmacéutico o farmacéutica como agente de salud, porque desempeña un papel fundamental por su cercanía, accesibilidad y disponibilidad hacia sus clientes, que le convierten en un profesional de referencia para la población, especialmente en cuestiones relacionadas con el autocuidado, la prevención y el seguimiento de tratamientos. Su labor educativa es clave para mejorar la comprensión de las indicaciones médicas, fomentar hábitos saludables y reforzar la adherencia terapéutica.

Ese es el motivo por el que se ha diseñado el primer curso de Salud Diferencial en el ámbito farmacéutico, una iniciativa innovadora que pone en valor la importancia de integrar la perspectiva de género en la atención sanitaria. El curso, acreditado por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA), se estructura en distintos módulos que abordan las patologías más prevalentes en cada etapa de la vida de la mujer con especial foco en cómo los cambios hormonales nos condicionan la salud. Este enfoque permite entender cómo el ser mujer influye no solo en la aparición y evolución de determinadas patologías, sino también en el comportamiento relacionado con el autocuidado. Comprender estos aspectos es fundamental para adaptar las recomendaciones, mejorar la prevención y acompañar de forma más empática a las pacientes en su proceso de salud.

Una de las metas más relevantes del proyecto es que este conocimiento no quede solo en el ámbito profesional. La segunda fase del curso contempla la divulgación activa a la población: charlas, encuentros y recursos informativos permitirán compartir este mensaje unificado desde los profesionales hacia los pacientes, promoviendo que las mujeres dispongan de la información necesaria para ejercer un rol activo en su salud y tomar decisiones informadas. Y es que este es un área necesaria de mejora en nuestras consultas por el poco tiempo del que disponemos y donde la intervención del farmacéutico puede ser realmente eficaz y complementaria. Compartir información, consensuar recomendaciones y transmitir al paciente un mensaje coherente permite maximizar el impacto positivo sobre la salud individual y colectiva.

Entender que juntos somos más fuertes es clave para recuperar el sentido común en el uso de los recursos sanitarios. Este curso es mucho más que una formación: es una herramienta para transformar la atención sanitaria, empoderar a los pacientes y construir una red colaborativa entre profesionales que hable un mismo idioma, con mirada de género y vocación de servicio a la comunidad, como no puede ser de otra manera.

Aquí os dejo el enlace a la inscripción para los farmacéuticos interesados. Espero de corazón que os guste.

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