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Las bajas temperaturas de los últimos tiempos han provocado que los virus respiratorios se hayan disparado. Y son muchas las personas que acuden a Atención Primaria o directamente a la farmacia a comprar un test para saber si lo que tienen es un simple resfriado o gripe, gripe A o Covid.
En el caso del resfriado, normalmente cursa con congestión nasal, tos o dolor de garganta. En la gripe, suele aparecer la fiebre, el dolor muscular y también puede haber congestión nasal. Y ya si hablamos de la gripe A, los síntomas se intensifican, incluso con dolor de cabeza más fuerte. El Covid, por su parte, aunque tiene signos similares a todas ellas, puede aparecer sensación de disnea en algunos casos y la pérdida de gusto y olfato.
No hay que olvidarse de los más pequeños. Especialmente en los menores de dos años, la bronquiolitis, causada principalmente por el Virus Respiratorio Sincitial, es la patología más frecuente del aparato respiratorio. El problema de todas estas infecciones es que se compliquen y deriven en neumonía. Por suerte, las medidas preventivas como el lavado de manos y el uso de mascarillas pueden ayudar a frenar los contagios. Y también la vacunación, aunque parece que este invierno los españoles hemos sido más reticentes a llevarla a cabo.
“Las vacunas de los virus respiratorios, ahora mismo tenemos circulando tres: la vacuna frente a la gripe, la vacuna frente al Covid y la vacuna frente al virus respiratorio sincitial, sirven específicamente para proteger frente a enfermedad grave u hospitalización o fallecimiento de estas enfermedades. Y también previenen la infección. Tenemos datos de efectividad de 60-70% de lo que pueden llegar a prevenir”, explica el Dr. Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunas.
El experto señala que en España, y en general en Europa, destinamos estas vacunas a aquellas personas que tienen un riesgo de enfermedad más grave. Mayores de 60 años, en el caso de la gripe para niños entre 6 y 59 meses y entre los 5 años y los 60 años a todas aquellas personas que tienen alguna patología de riesgo que puede suponer una enfermedad más grave, que son las que tienen la indicación específica de vacunarse.
“La duración de la vacuna del Covid y de la gripe es corta, de forma que te protegen durante el tiempo que va a estar circulando el virus, entre 4 y 6 meses. Luego hay que volverse a vacunar al año siguiente porque cambian las cepas y baja la protección”, concluye Pérez.
Pero muchas veces, vacunarse no es suficiente, sobre todo pasados los 50 años. En ese momento se produce el declive inmunitario que se produce a medida que cumplimos años (inmunosenescencia).
Una manera de protegerlo es a través del llamado inmunofitnnes. Se trata de un estilo de vida basado en cuatro pilares que se centran en ejercitar el sistema inmunitario, que son una alimentación equilibrada, llevar un estilo de vida activo, tener la mente sana y la vacunación. Es lo que hay. Seguro.
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