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Se han vuelto a actualizar las medidas que se proponen en el Plan integral de prevención y control de tabaquismo para el abordaje de los retos que el tabaquismo genera desde el punto de vista de la salud. Desde el Ministerio de Sanidad se ha anunciado la reactivación del Plan en esta nueva legislatura.
Dado que se ha producido este anuncio y una vez que en España se dispone de una normativa bastante completa desde que en 2010 se aprobó la Ley 42/2010, puede tener sentido valorar los pasos necesarios para que se cumplan lo mejor posible los objetivos de salud pública. La necesidad de hacer políticas preventivas eficaces frente al tabaquismo es algo que siempre va a ser una prioridad que debe reforzarse con nuevas acciones; en este sentido, la educación y la información sobre los efectos del tabaco deben ser elementos aplicados de manera constante y con la necesaria actualización y adecuación al contexto de cada momento.
Pero además, me parece prioritario trabajar para hacer posible un incremento del precio de los productos del tabaco y de los dispositivos de calentamiento utilizados para su consumo, así como el de los cigarrillos electrónicos; es algo que ha de formar parte de las estrategias a desarrollar para conseguir contribuir tanto a la prevención del consumo, cómo a la moderación del mismo. La subida de los impuestos a los productos del tabaco y los dispositivos de calentamiento es una medida necesaria y seguramente útil. Ello aumentaría el precio para el consumidor y es algo que habría que hacerlo para aproximarse al máximo a los precios de otros países europeos. En el caso de los cigarrillos electrónicos, cabe gravarlos con impuestos especiales.
Muchos expertos coinciden en valorar ésta una medida prioritaria porque el precio puede disuadir el consumo (si es un precio alto) o favorecerlo (si es un precio bajo o asequible); coincidiendo con las propuestas del Plan, cabe plantearse la creación de un nuevo impuesto al vapeo tal como se aplica en Canarias desde el 1 de enero de 2024. En 19 países de la Unión Europea se gravan los cigarrillos electrónicos. Esta subida de impuestos, que ayudaría a subir el precio para el bolsillo del consumidor, ayudaría a los objetivos que se pretenden por parte del Plan y, también, contribuiría a paliar el coste sanitario de tratar las patologías ligadas al tabaquismo ya que buena parte de la recaudación se podría destinar a mejorar la financiación del sistema sanitario.
Por otra parte conviene señalar que uno de los temas pendientes tras la promulgación de la Ley 42/2010, el apoyo a la deshabituación tabáquica, requiere formular un conjunto de medidas que aseguren el acceso a servicios efectivos (incluso con apoyo psicológico) y la actualización continua de tratamientos farmacológicos. No debiera de haber ningún problema de acceso a la deshabituación: en la actualidad, las posibilidades de acceder a servicios de deshabituación son escasas.
Sabemos que la deshabituación es un proceso complejo y difícil que necesita un importante apoyo institucional y es una de las asignaturas pendientes cuando sería una vía eficaz en la gestión de las políticas frente al tabaquismo. Es por eso que las prioridades relativas a más y mejor prevención, apuesta por una subida de precios con una política impositiva decidida o un impulso a la deshabituación tabáquica, aportarían de manera tangible, mejoras en las políticas de salud pública ligadas al tabaco y sus efectos sobre la salud.
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