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El calambre en el gemelo durante la noche, conocido como calambre nocturno en las piernas, es un fenómeno común que puede interrumpir el sueño de manera repentina y dolorosa. Aunque no tiene una sola causa, ni una exacta con la que sea más fácil la identificación del problema, podemos conocer los factores que pueden llegar a influir en su aparición.
En primer lugar, uno de los mecanismos que suele estar detrás de este fenómeno es la fatiga muscular. Durante el día, las actividades que implican un uso intensivo de los músculos de las piernas, como caminar, correr o estar de pie por períodos prolongados, pueden obligar a los gemelos a estar más tiempo en tensión.
Lo que sucede es que esta sobrecarga provoca una acumulación de ácido láctico y una mayor susceptibilidad a los espasmos durante la noche, cuando el cuerpo entra en un estado de relajación.
Los desequilibrios electrolíticos también juegan un papel clave en el origen de estos episodios. Así pues, será necesario incluir en nuestra dieta algunos minerales esenciales como el magnesio, el potasio y el calcio son fundamentales para la contracción y relajación muscular.
Una deficiencia en estos nutrientes, ya sea por una dieta inadecuada, deshidratación o pérdidas excesivas a través del sudor, puede alterar la función neuromuscular, facilitando la aparición de calambres. Esto es particularmente común en personas que no mantienen una adecuada hidratación o que consumen insuficientes alimentos ricos en estos minerales.
Las posiciones corporales durante el sueño también tienen un impacto. Cuando dormimos con los pies apuntando hacia abajo, una posición conocida como flexión plantar, el músculo del gemelo permanece acortado por mucho tiempo. Este acortamiento prolongado puede desencadenar una contracción involuntaria y dolorosa del músculo, especialmente cuando intentamos estirarlo de manera brusca al cambiar de posición.
Otro factor importante es la circulación sanguínea. Durante la noche, el flujo de sangre hacia las extremidades puede reducirse, especialmente si permanecemos en una misma postura durante largos períodos. Esto puede afectar el suministro de oxígeno y de nutrientes que tienen que llegar a los músculos, los cuales si son deficientes, aumentarán las probabilidades de espasmos musculares.
Mantener una correcta hidratación diaria y asegurarse de ingerir suficientes alimentos ricos en magnesio, potasio y calcio es fundamental para la salud muscular. También se recomienda realizar estiramientos suaves de las piernas antes de acostarse, especialmente en personas que tienden a sufrir estos calambres con frecuencia.
Si bien los calambres nocturnos en el gemelo son molestos, suelen ser benignos. Sin embargo, cuando se presentan de manera muy recurrente o van acompañados de otros síntomas como hinchazón, enrojecimiento o debilidad muscular persistente, es importante consultar a un especialista en salud. En algunos casos, estas manifestaciones pueden estar relacionadas con condiciones subyacentes, como problemas vasculares o neurológicos, que requieren una evaluación médica detallada.
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