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Carmen Pérez
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Tos, sibilancias, dificultad para respirar y opresión torácica son los síntomas característicos del asma, una enfermedad respiratoria crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo y para la que se requiere el uso del broncodilatador. Se pueden tomar medicamentos por vía inhalatoria, pero es algo más personalizado.
El asma es una enfermedad que no se puede curar, por eso es habitual usar los inhaladores con los que se envían los fármacos directamente a los pulmones y gracias a los cuales se pueden reducir los síntomas. Los inhaladores pueden contener dos tipos de fármacos dependiendo del tipo de asma que tenga la persona.
Por un lado, están los broncodilatadores, como el salbutamol, que lo que hacen es abrir las vías respiratorias y alivian los síntomas de manera inmediata ante un ataque de asfixia. Y por otro, los corticosteroides, como la beclometasona, que reducen la inflamación de las vías respiratorias y, de ese modo, alivian los síntomas del asma y reducen el riesgo de que se produzcan crisis más intensas con las que, incluso, se puede producir la muerte.
El consumo de medicamentos conlleva unos riesgos como que caduque la fecha límite de consumo. De manera similar, es lo que ha pasado con un lote específico del medicamento Budesonida Aldo Unión 200 microgramos/pulsación, una suspensión para inhalación en envase a presión que es eficaz en el tratamiento del asma. Al parecer, había errores en la fecha de caducidad de este fármaco, razón por la cual, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha ordenado la retirada de todas las unidades que se han distribuido de ese lote.
No hay motivo de alarma ya que han aclarado que no hay riesgo para la salud. Existe la creencia de que poner una fecha de caducidad a los medicamentos es una estrategia comercial para vender más, pero según publica la BBC esa teoría es un mito ya que todos los países tienen una legislación que "exige que las medicinas que se comercializan tengan una fecha de caducidad y se llega a ella tras estudios científicos exhaustivos".
Y no es una norma nueva, sino que lleva entre nosotros desde 1979, cuando la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) comenzó a exigir que se incluyera una fecha de vencimiento en las medicinas que se venden con o sin prescripción médica.
"Hace unos cuantos años, la Organización Mundial de la Salud decidió que en principio las fechas de caducidad en general no deberían superar los cinco años", le explica a BBC Mundo José Ramón Azanza, director del Servicio de Farmacología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra (España).
Si una persona toma un medicamento fuera de la fecha establecida para su caducidad, realmente no le pasa nada. Lo único que ocurre es que ese medicamento ha perdido los principios activos y ya no tiene el efecto que tiene que tener, por lo que no sirve de nada que te lo tomes.
Es una cuestión de eficacia más que de tolerancia. "En farmacología, la incertidumbre no se acepta porque afecta la seguridad de las personas", señala Azanza. Desde la AEMPS, con respecto a los broncodilatadores retirados aseguran que las personas no corren ningún riesgo, sino que se ha retirado por una cuestión de precisión en la fecha de caducidad y que los usuarios puedan estar informados sobre la durabilidad de la que disponen con ese medicamento.
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