Barbería Tomás de Jaén: La barbería olvidada de La Carrera

Jaén Retro

El autor se adentra en la historia pegada a la calle de Jaén, pone en valor negocios como una barbería que marcó una época de la ciudad y, también, la propia vida de su familia

Localización de la que fuera popular barbería de "La Carrera".
Localización de la que fuera popular barbería de "La Carrera".

13 de septiembre 2024 - 10:04

Jaén/Viajamos a un Jaén muy antiguo, al tiempo de cuando las barberías eran consideradas un lugar de tertulia, donde los hombres no sólo acudían a afeitarse a navaja, brocha y espuma, sino donde también se utilizaba su sillón a modo de confesionario, siendo un punto de encuentro para conversar.

Los comienzos de la Barbería Tomás se remontan a finales del siglo XIX, en los bajos de un pequeño edificio de tres plantas, situado en la calle Bernabé Soriano n°2, enfrente de la Diputación de Jaén y pegado a la funeraria de Ramón Cobo (donde en su acera colocaban dos cajones para vender dos curiosos periódicos: Bigotes y El Tiznao)

Imagen de época y la localización de la barbería.
Imagen de época y la localización de la barbería.

Este edificio era propiedad de la familia Zamora, que además regentaba la Taberna Zamora (situada justo a la vuelta de la esquina). Contaba con tres plantas superiores que comunicaban con la barbería y que eran utilizadas de vivienda por estas dos familias, Los Fernández y Los Zamora (ya que eran primos). Aquí fue donde el cabeza de la familia Fernández ejercía el oficio de barbero en esta privilegiada ubicación. Contaba entre sus clientes con ilustres jiennenses, junto a toda clase de funcionarios con cargos importantes en la Diputación y en el Ayuntamiento de Jaén.

Pero siendo aún muy joven (en el año 1915) "El Barbero de la Carrera" fallece, heredando el negocio su viuda Doña Gregoria, dejando huérfanos de padre a tres criaturas, dos niñas (Carmen y Paquita) y un joven varón de tan solo 3 años, Tomás Fernández López, nuestro siguiente protagonista.

Doña Gregoria decide coger las riendas de un negocio que fue prosperando, llegando a tener hasta tres oficiales barberos contratados, generándoles buenos ingresos. José María 'El Pegalajeño' y otro apodado 'El Cachichi' fueron dos de sus destacados empleados y encargados de enseñar a un joven Tomás el oficio de barbero.

Un joven barbero iniciándose en el oficio.
Un joven barbero iniciándose en el oficio.

Un oficio que no se aprendía en ninguna escuela, ni realizando algún tipo de curso, un oficio que Tomás aprendió trabajando desde muy niño con la ayuda de los oficiales y de un pequeño taburete, que era más que suficiente para subirse en él y poder llegar a la altura del sillón de la barbería, sillón desde donde comenzó afeitando a varias generaciones de jiennenses que pasaron por el filo de su afilada navaja.

Casino de artesanos de Jaén.
Casino de artesanos de Jaén.

Más adelante, vivió años muy felices, Tomás y su joven esposa Rosalía disfrutaban de la vida social de la época, ganando numerosos premios de bailes organizados en el Antiguo Casino de Artesanos, situado en la calle Cerón (hoy Patronato Municipal de Asuntos Sociales). El baile era su pasión, llegando a ser conocido en el barrio con el apodo de 'Tomás el bailarín', colaborando, incluso, numerosas veces de extra en algunas de las funciones que se realizan en el antiguo y desaparecido Teatro Cervantes de Jaén.

Las dificultades

Pero no siempre todo fue perfecto. Después del fallecimiento de su madre Gregoria, la economía de la barbería empezó a marchar peor a causa del carácter tan bueno y despreocupado de Tomás, ya que la mayoría de las veces regalaba su trabajo cuando se trababa de alguna persona conocida o de niños sin apenas recursos que se acercaban a su barbería. La pérdida de muchos de los ingresos, unido al descontrol en la caja de la recaudación por parte de algunos de sus trabajadores aprovechándose de su inocencia, junto a la reciente aparición de las maquinillas eléctricas y las cuchillas Filomatic, obligaron a cerrar la barbería y su edificio fue vendido y derruido en los años 60, construyendo en su lugar un nuevo inmueble de pisos (que es el que podemos apreciar actualmente en esa esquina). Tomás acabó de conserje en un edificio del Paseo de la Estación hasta que pudo disfrutar de su jubilación. 

"La barbería", el ejemplar de la obra de Miguel Delibes.
"La barbería", el ejemplar de la obra de Miguel Delibes.

Siempre recordaré aquella caja que guardaba como un tesoro y que contenía un pequeño libro de bolsillo de Miguel Delibes titulado: "La Barbería" (siendo el único objeto que conservo de él), junto con sus viejas tijeras y herramientas de barbería que me mostraba con añoranza y cariño, las causantes de transportarle a esa época donde fue tan feliz.

Tomás Fernández López y Rosalía Díaz. El barbero y su esposa.
Tomás Fernández López y Rosalía Díaz. El barbero y su esposa.

En recuerdo de Tomás Fernández López, 'El Barbero de La Carrera', mi abuelo.

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