Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
Editorial
Impulsado, con toda probabilidad, por la vaciedad del debate y la falta de elaboración de propuestas del pasado Congreso Federal del PSOE, su secretario general, Pedro Sánchez, se descolgó en el discurso de clausura con el anuncio de la creación de una empresa estatal para promover la construcción de viviendas. En eso se quedó: no desarrolló la cuestión, por lo que no se sabe bajo qué criterios se constituirá, cuáles serán sus objetivos ni de qué medios dispondrá para conseguirlos. Parece más bien que el presidente del Gobierno ha vuelto a recurrir al comodín de la vivienda como ha hecho en otras ocasiones en las que ha visto cómo perdía la iniciativa política o se veía acosado por problemas que lo desbordaban. A lo largo de los últimos años, han menudeado las proclamas de construcción de vivienda y de medidas para el sector que se han quedado en nada. El anuncio, tal y como ha sido hecho en el congreso socialista, no deja de resultar sorprendente: el Estado dispone ya de una sociedad pública cuyo objetivo es la promoción de vivienda pública, la Sareb, y, además, buena parte de las políticas dirigidas al sector son competencia de las comunidades autónomas. Por ahora, Sánchez ha hecho un brindis al sol para salir del paso, pero que trasluce una realidad social: la vivienda se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Su carestía y la falta de oferta afecta a muchas decenas de miles de personas en España y en especial lastra las posibilidades de desarrollo personal de los jóvenes que acceden a la edad de emancipación. La situación, caracterizada por la práctica imposibilidad de acceso tanto al mercado del alquiler como al de propiedad, adquiere caracteres de drama. La actuación pública en un mercado distorsionado puede ser una de las vías de solución, siempre que se haga desde el realismo y sin obstaculizar la actuación de la iniciativa privada. Anuncios como el realizado por Sánchez el fin de semana no caminan en esa dirección.
También te puede interesar
Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
Editorial
Rey, hombre de Estado y sentido común
Editorial
Navidad en Valencia
Editorial
Hay que darse mucha más prisa
Lo último