Con zambombas y sin villancicos

Andalucía la Baja está en alza. En esta Navidad, del consumo y el postureo, lo importante es el saber, lo del estar lo dejamos para otro momento. Es una época en la que se censura lo tradicional y nos emocionamos con lo foráneo. ¡Qué hermoso!, ¿verdad?

Noviembre y diciembre han sido una mini Cuaresma. El peregrino ha mudado su voluntad y ha viajado a las ciudades del flamenco y de los caudales: Jerez y Sevilla suenan a maravilla. Compás y acierto como nunca habíamos pensado.

La migración interior es algo que está muy bien visto. El tour de chaqueta y corbata es un prestigio que hay que conquistar. No importa el precio. Se paga, se pide, se hipoteca lo que haga falta. El crédito, para estos menesteres, es ilimitado.

Año 2024, solsticio de invierno. Navidad para las personas de orden. En Jaén, la calle Bernabé Soriano, la Carrera para los jaeneros, está tan poblada que parece Domingo de Ramos. Los autóctonos pasean, y también algún turista desprevenido. Está la rúa hasta los topes.

La gente alucina. Las tornas han cambiado.

Si quieres ser una persona respetable, tienes que cumplir tres premisas fundamentales. A saber: lucir la bandera del “capillismo sevillita”, portar la insignia carnavalera de Cádiz y amar la cultura de la Zambomba de Jerez.

Se acabó el aguinaldo. Terminaron las reuniones espontáneas en el bar. Nos han quitado las copas de vino, las cervezas en las barras...

La cultura de la gastronomía y del traje nos ha catapultado a un mundo de sensaciones ilimitadas.

No lo dudes y asómate a cualquier plaza de nuestro Jaén. Lo moderno, lo guay te espera.

No se te ocurra cantar algún villancico de los que cantabas de chico, con tus padres, pues te pueden llamar añejo o persona contraria al nuevo espíritu.