Rosa de los Vientos
Juana González
La solución está en el interior
Que no se habla de otra cosa en la Plaza del Amparo, oiga. Tomando una cervecilla con su carne de monte en el “Pocodura” o en la cola del súper de mi prima Trini. ¿Wolframio en Marmolejo? Pues, no, nada más lejos de la realidad. El pueblo sigue su rutina diaria tan tranquilo y el tema no se comenta ni siquiera entre los concejales del Ayuntamiento. Lo que viene siendo pasar del tema olímpicamente, hablando pronto y regular.
Aunque mis paisanos no se puede decir que hayan perdido el sueño, y bien que hacen, la noticia sí que ha causado revuelo a nivel mediático. Publicaba “Jaén Hoy” hace unos días que la Junta de Andalucía ha admitido la solicitud de una empresa minera para buscar wolframio cerca del Parque Natural de la Sierra de Andújar, en el término municipal de Mármol City. Y, poco después, como mandan los cánones periodísticos de seguimiento informativo, hablaba en este mismo periódico el alcalde marmolejeño, Manuel Lozano, quien aseguraba que seguían con “atención y prudencia” todo el proceso, aún muy en el aire. Se ha llevado a cabo sólo el primero de un largo rosario de trámites, así que el proyecto es muy incipiente, lo cual no quita que Lozano haya subrayado ya que el Ayuntamiento actuará “con responsabilidad ambiental”.
Desde luego, el paraje en sí es una zona de una belleza paisajística espectacular, muy cerca del embalse del Yeguas, con unas fauna y flora muy ricas, que gozan de la máxima protección de cualquier espacio natural protegido, valga la redundancia, como es el caso del Parque Natural de la Sierra de Andújar. De ahí que los sandías, también llamados ecologistas (verdes por fuera y rojos por dentro) se hayan puesto ya la venda antes de que tiren la piedra minera. Total, que “Ecologistas en Acción” se quiere personar en el expediente, reclamar información y, en última instancia, paralizar el proceso. Lo aseguraba Javier Ramírez, responsable de esta organización en Jaén, a la vez que subrayaba la proximidad de la zona de búsqueda del mineral con el hábitat del lince. Con la Iglesia/mamífero protegido hemos topado.
El serial no ha hecho más que empezar, como buen culebrón de verano, pero con enjundia suficiente para perpetuarse en el tiempo durante muchas estaciones más. Seguro que el periodista Jesús Mudarra lo lleva al día y nos tiene al tanto.
Lo único que parece irrefutable es que el mineral es tan escaso como valioso, de manera inversamente proporcional, así que, si se demuestra su presencia, estaremos hablando de palabras mayores.
Mientras, en Marmolejo la vida fluye igual de tranquila que los manantiales de ese agua mineromedicinal, casi milagrosa, que tan famoso lo hizo a finales del siglo XIX y bien entrado el XX, convirtiéndolo en destino de vacaciones de la aristocracia y burguesía de la época. No sólo de España, sino del extranjero.
Tiempo al tiempo.
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