Lo “trendy” y “cool” de ir a hacer “flirting” al Mercadona

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El Mercadona de "Vialia" lleno a la hora estipulada.
El Mercadona de "Vialia" lleno a la hora estipulada. / Redes sociales

01 de septiembre 2024 - 12:00

Jaén/Ahora que ya sabemos cuándo llega el producto fresco al Mercadona podemos volver a la calma. Quizá este episodio sea la penúltima licencia antes de volver al tajo y tomarnos un poco en serio. Influencers, desocupados y gentes de buen vivir, que han cotizado menos que reyes en Rusia, son los nuevos líderes de opinión. Si a sus planteamientos necios se unen unas cuantas palabras en inglés, somos como niños engatusados por el flautista de Hamelin de turno. Es la viralidad, amigos.

Complejo de inferioridad, esnobismo y pereza se dan la mano para una tormenta perfecta que cuenta, además, con el encefalograma plano de redes sociales que solo requieren el esfuerzo mínimo de que no se te caiga la baba, o tampoco. Invoquemos el anglicismo y estaremos de moda un minuto más.  

Así las cosas, medios y periodistas abrazamos la fe y somos apóstoles de la inanidad. Tenemos “newsletter”, porque boletines nos parecen una cosa cateta y con poco “brilli, brilli”. Los engaños, bulos, farsas, patrañas son cosas de pobres cuando te la pueden meter doblada con una buena “fake news”.  

Nos dicen que nos tomemos un “break”, porque tomarse un descanso o echar un café es de vagos. De igual forma, por la cuenta que te trae, es mejor que prepares al jefe un “briefing” (que un informe es cosa de inadaptados sociales) con conceptos tan recios como “know-how" (conocimiento) y si eres capaz de meter un buen “to check” puedes convertirte en el “fucking boss”.

Quizá logres, entonces, un inusitado ascenso, porque en el país de los ciegos, el tuerto es rey. Y si llegas a esas alturas, cuidado, que te amenazan con intensas jornadas de “brainstorming”, una lluvia de ideas que hace que Cervantes se revuelva en la tumba y Pérez Reverte amenace con el tintero y se aleje cada vez más hacia mar adentro.   

Sabrás que has tocado techo cuando estés rodeado de “CEOs”, es decir, de chief executive officer, con minúscula, un director ejecutivo con ínfulas, y el resto de COO, CMO, CFO, CIO te buscas la vida y averiguas qué carajo son.  

Llegado a ese parnaso, puede que te llamen para hacer un “lunch” y creas que es una práctica aberrante sodomita, pero, tranquilidad, que es una comida ligera. El aperitivo de toda vida es cosa de tiesos.  

Y nuestros políticos, verdaderos francotiradores del lenguaje, nos “empoderan” con palabros cuanto más extravagantes mejor y, nosotros, perpetuamos sus atracos al difundirlos sin traducción simultánea. Farfullan un lenguaje incomprensible, sólo para iniciados. Hasta para hablarnos en lenguaje de Belcebú necesitan un “coach”, porque, claro, asesores ya tienen demasiados.  

Eres un don nadie si no vas a “eventos”, porque nos parece más “cool” eso de la falta de organización, la eventualidad o esta improvisación inglesa, en detrimento de acto, actuación, conferencia, presentación, debate, festival... Otra batalla perdida, somos lerdos y estamos felices al mostrar el género. 

Ahora, por ejemplo, hacemos “nesting” que es lo que de toda la vida hemos hecho los españoles, a dos manos, los fines de semana en el sofá, dejándonos llevar, sin agenda prevista, un hedonismo sin nombre. Pero ahora coge una nueva dimensión sobre filosofía de vida y amenaza con imponerse de lunes a domingo.  

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