Trasladar una torre

Fragmentos

06 de enero 2025 - 03:08

Si algo tenemos claro es que un Bien de Interés Cultural debe mantenerse en su enclave original para preservar su integridad, como dicen nuestras leyes del Patrimonio Histórico Artístico. Pero en Alicante, cerca de la Playa de San Juan, su Ayuntamiento está trasladando piedra a piedra, una torre vigía de las que protegían de incursiones de los piratas berberiscos en Levante, Baleares y nuestra Costa del Sol. La Torre Placia, que así se llama el monumento, es una de las antiguas torres de defensa de la huerta alicantina (ss. XV-XVII) de las que se conservan dieciocho. Esta en concreto tiene veinte metros de altura, con almenas decoradas, planta cuadrada y construida en sillería. ¿Cómo es posible que se esté realizando el desmontaje de la torre y su traslado a otro lugar? Pues es una historia interesante, que ilustra lo que a veces ocurre con nuestro patrimonio, todo legal y con dinero público, en concreto 1.769.777 euros del presupuesto municipal.

Fue declarada monumento en 1949 e incluida en el Registro General de Bienes de Interés Cultural, el 14 de abril de 1997. El Ayuntamiento de Alicante concedió licencia en 2000 para la construcción de 40 viviendas junto a la torre, ya que las normas urbanísticas no establecían ninguna cautela respecto a la protección de las torres defensivas de la huerta y su entorno, y el planeamiento se había aprobado con anterioridad a la anotación del BIC. La licencia fue anulada por sentencia del Tribunal de Justicia de la Comunidad Valenciana en septiembre de 2004 y afectaba a las viviendas ya construidas y habitadas.

El Ayuntamiento optó, tras su previa adquisición, por el traslado de la Torre Placia a un solar municipal, para evitar, decían, la descontextualización de su entorno y el perjuicio para las familias residentes por la demolición de algunas viviendas. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en Decreto de 12 de mayo de 2017, a propuesta del Ayuntamiento de Alicante, aprueba el traslado con los informes favorables de la Universidad de Alicante y la Universidad CEU-Cardenal Herrera. El BOE decía así: “El nuevo emplazamiento propuesto para la Torre se situaría en la cercanía del conjunto de las ‘Torres de la Huerta’, de las que forma parte como torres abaluartadas costeras de vigía. Ello permitiría su protección integrada en el conjunto de torres alicantinas y su revalorización a través de circuitos de turismo cultural. En cuanto a las razones de interés social que concurren, no debe olvidarse que la alternativa de trasladar el bien evita el perjuicio social que conllevaría para las familias residentes la demolición de, al menos, 11 viviendas habitadas y la destrucción parcial de elementos comunes y acometidas de servicios”.

La torre se va a cambiar de lugar, con la excusa de ventajas culturales y turísticas y evitar perjuicios sociales. Si los monumentos se pueden mover a conveniencia como una pieza de ajedrez, la protección del patrimonio y sus leyes empiezan a ser muy relativas, ¿no creen?

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