Mucho tomate en el olivar

17 de julio 2024 - 09:01

Va a ser interesante, a la par que divertido, comprobar la capacidad de persuasión que tienen Junta y Ministerio de Cultura para convencer a los agricultores díscolos de la Campiña de las bondades de la candidatura a Patrimonio de la Humanidad de “Paisajes del Olivar”, después de que la Diputación desistiera de bregar con ellos.

Se han propuesto impulsar el expediente que tanto costó sacar adelante a la Administración provincial, no solo en tiempo, una década, sino también en dinero y, por supuesto, trabajo. Parece lógico que se intente evitar que ese esfuerzo acabe durmiendo el sueño de los justos, como el sinfín de promesas con la etiqueta de Jaén que han acabado en el cajón de las causas perdidas. Pero, no sólo por esta provincia, sino por las otras cuatro provincias andaluzas a las que afectaría este título de la Unesco.

El consejero de Turismo, Arturo Bernal, hizo el anuncio hace unas semanas, con la idea, dijo, de que sea Paco Reyes quien vuelva a liderar el proyecto más adelante, aunque el jefe del Palacio provincial ya ha sido más que tajante asegurando que no lo hará “ni por activa ni por pasiva”. Meridianamente claro. Algo quemado debe haber quedado, supongo. Como el padre que busca lo mejor para su hijo y el nene responde con una patada en las partes nobles. Veremos ahora si a la segunda va la vencida.

Al menos, desde el Gobierno central también se apuesta fuerte. O eso parece. Lo aseguró la señora ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, en su reciente visita a tierras jiennenses, además del propio ministro de Agricultura, Luis Planas, que mostró en su día el “apoyo firme” del Gobierno de España. Entiende que es una retirada “táctica o temporal”, para resurgir con más fuerza si cabe e intentar evitar, sobre todo, que otro país nos adelante por la derecha y se haga con el título. Sería de coña, con perdón.

Total, que las fundaciones Juan Ramón Guillén y Savia, que hace 10 años embarcaron a la Diputación en esta travesía, tocan a la puerta de la Junta para que coja el timón y la nave de la candidatura no se estrelle finalmente contra las piedras tras quedar a la deriva. No deja de extrañar que, si tan excepcional es la oportunidad, no hayan sido capaces de trasladar esa ilusión a los agricultores de Porcuna y su comarca. Tampoco quiere tirar la toalla la Universidad de Jaén, que ha formado parte de la comisión institucional desde el principio de los tiempos. El rector, Nicolás Ruiz, comentó que el fallo ha estado en la falta de información a los interesados.

Quizá hay batallas en las que es más importante convencer que vencer. Lo malo es que, mientras convencen o dejan de convencer a los propietarios de los olivares, auténticos dueños y señores del destino de esos árboles, me temo que resurgirá una retahíla de asesores y expertos en la materia que seguirán viviendo del cuento. Hace un par de meses decía que tenía la sensación de que, en este resbaladizo y pringoso asunto, algo se me escapaba. Hubo quien se apiadó de mí y me ilustró un poco desde la distancia. Entre ellos, el genial humorista gráfico Juan Carlos Contreras, que me aclaró muy gráficamente, valga la redundancia: “En el olivar hay mucho tomate”.

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