Me toca… cerrarla

La ciudad y los días

18 de enero 2025 - 03:10

Allá por septiembre de 2013 la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero, presentó la app MeToca como parte del Plan Corresponsables “para repartir mejor las tareas domésticas y de cuidados”. La ministra lo defendió como un instrumento útil para cumplir con esa “necesidad de repartir los cuidados para tener tiempo y, por tanto, para poder vivir” y una forma de introducción en el ámbito doméstico del feminismo que, “cuando entra en nuestras casas, hace que nuestros hogares sean mejores espacios para todos y para todas”.

En la presentación de la ocurrencia que nos costó a todos 211.750 euros, se explayó en las bondades de la app: “Cuando pensamos en los cuidados creemos que donde hay que poner el foco es en la redistribución del tiempo y de las tareas… Del feminismo hemos aprendido que colaborar nos permite avanzar. MeToca pretende precisamente eso, que mediante la colaboración podamos repartir tareas y acabar con la desigualdad en los usos del tiempo. Ya toca que las tareas de siempre no recaigan sobre las mismas de siempre”.

Encomiable propósito, dado que aún el reparto de tareas domésticas es desigual en una sociedad en la que la mayoría de las mujeres tienen las mismas cargas laborales y horarios que los hombres. Tan encomiable en su intención como absurdo hasta lo ridículo en su realización a través de una app. La igualdad es resultado del cambio de mentalidades, y este de la educación. No hay otro camino. Desde luego, no el de una app infantiloide a través de la que, como una Alexa que nos diera órdenes, –se decía desde el ministerio de Igualdad– “se contabilizan las tareas destinadas al hogar y al cuidado, y se establecen una serie de saldos que evalúan la distribución de cargas”. La cosa aportaría además, siempre según el ministerio, importantes informaciones: “con los datos registrados, la aplicación generará una serie de estadísticas semanales, mensuales y anuales, que muestran el tiempo usado en la realización de estas tareas en el ámbito de la unidad o equipo, y poder poner de manifiesto las posibles desigualdades existentes”.

Lo que desde el principio era una memez el tiempo ha demostrado que además era inútil y la app ha sido cerrada por falta de usuarios. No hacía falta ser un lince para preverlo. A la basura los 211.750 euros. En esta y en otras muchas cosas juegan alegremente con el dinero de los contribuyentes para satisfacer sus fantasías.

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