Confabulario
Manuel Gregorio González
A lienación planetaria
Las dos orillas
La gente más rancia y los amantes de las tradiciones en sus fechas de costumbre dicen que en Sevilla están los tiempos revueltos. A pesar de todo, los más rancios fueron a ver a la Esperanza Macarena y la Esperanza de Triana, al Señor del Gran Poder y al Cachorro en diciembre, junto a las luces de Navidad, en pleno Adviento. Adelantaron un día la fecha de la Cabalgata de los Reyes Magos, aunque sin llegar a confundirla con los cotillones de Nochevieja. Y cuando ya habían terminado de pasar hasta los tres mil reyes magos de barrios, cuando en la tertulia El Cirio Apagao le entregaron las pastas al pregonero de la Semana Santa, ese mismo día precisamente, se aprobó el cambio en la duración de la Feria de abril, que este año empieza el 6 de mayo. Y en la octava del Corpus, mientras bailan los seises, será la noche de San Juan.
También han aprobado el día de San Fernando y la festividad de la Inmaculada como fiestas mayores, para darle más trabajo a la delegación municipal de Manuel Alés. Mayor fiesta que el año pasado no va a ser el 8 de diciembre de este año, porque en 2024 ya se sabe lo que ocurrió con la procesión extraordinaria y los tropecientos besamanos extraordinarios y ordinarios. Es un nombramiento simbólico, porque fiesta mayor ya era. Todas estas polémicas, como se ve, son de andar por casa. Por Casa Morales, en la bodeguita de la calle de la Mar. Son polémicas de tinto de Valdepeñas y pescaíto. ¿De qué se hablaría con una copa de más, o de menos, si no cambiaran la duración de la Feria a menudo?
Lo mejor para orientarse son las encuestas a pie de calle. Cuando la Feria dura una semana, la gente dice que quiere que tenga dos fines de semana. Cuando tiene dos fines de semana para agradar al turismo, la gente dice que eso no es sevillano, y que debe durar una semana y sanseacabó. Cuando el día de fiesta es el lunes de resaca, la gente dice que los sevillanos y sevillanas no se emborrachan. Cuando se emborrachan, digo cuando quitan el lunes de resaca, dicen que para qué lo han quitado, y que el miércoles no es festivo ni cuando salen San Bernardo, El Baratillo y demás, nueve en total.
Así transcurre el siglo XXI, cada año, de Feria en Feria. Por no hablar de la ubicación. ¿A nadie le gusta que esté en Los Remedios? A los vecinos no les gusta, eso ya se sabe, o eso dicen, porque es una ventaja tenerla cerca de casa, y no es igual que llegar desde Sevilla Este o desde Pino Montano. A los rancios les gustaría que volviera al Prado, como si fuera el Festival de las Naciones. Y a los que quieren más, y mucho más, al Charco de la Pava, aunque se ha descubierto que es charco inundable.
Con lo cual se sabe que el Ayuntamiento nunca acertará.
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