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Dios es Amor y Amor es el palíndromo de Roma. Ha muerto el obispo de Roma, que no fue elegida al azar como sede de la Iglesia Católica. Es donde mueren Pedro y Pablo, mártires de Nerón. Hace muchos años leí una novela de André Gide titulada Los sótanos del Vaticano. El escritor francés, Nobel de Literatura, como Camus, como Sartre, visitó la Semana Santa de Sevilla. Es curioso. Argentina derrotó a Francia en la final del Mundial de Qatar (el padre de Bergoglio murió por las secuelas de un infarto que sufrió viendo un partido en el estadio del San Lorenzo de Almagro, que pasará a llamarse Estadio Papa Francisco), y sin embargo, Argentina, que ha dado hasta un Papa de Roma, no tiene ni un Nobel de Literatura. Ni Borges, ni Sabato, ni Cortázar. Pero han tenido un Papa.
El Día del Libro conmemora la muerte casi simultánea de Cervantes y Shakespeare. La Biblia es el libro de los libros. La madre etimológica de las bibliotecas y los bibliófilos. El Verbo. El Nombre. La Palabra. La Noticia. Dios le dio al hombre la Palabra y éste la convirtió en frases. Uno de los mejores libros sobre el Papado lo ha escrito Antonio Cascales. Se titula Los puentes de Europa. Hay que cruzar en la portada los de Florencia, París y Londres. La Florencia del Renacimiento es el Wall Street del pontificado con los Médicis. El puente de Londres es una construcción cismática que simboliza la ruptura de Enrique VIII con la Iglesia, que se negaba a bendecir su concubinato y su afición a cortar cabezas. Y el de París bien vale una misa.
La belleza y la crueldad fueron a la par en esos tiempos. Hay un hilo tenue, casi imperceptible, que nos devuelve a la Iglesia de los primeros cristianos, los que iban por los pueblos sin alforjas, sin sandalias, con lo puesto. Como hemos visto al papa Francisco en muchos de sus viajes. No es fácil tener callado a un argentino. Es glorioso el anuncio del banco Santander con Ricardo Darín. Yo nací con Pío XII, pero al año llegó Juan XXIII. El Sevilla-Betis de la primera vuelta de la temporada 1958-59 se jugó con Pío XII; el Betis-Sevilla de la segunda, con Juan XXIII. Canonizados con calles, con barrios que llevan su nombre. El Papa Bueno (Francisco ha sido un buen Papa) convocó el Concilio Vaticano II, que terminó Pablo VI, a quien le tocó hacer el mayo italiano en los tiempos del mayo francés.
Muchos son los llamados y pocos los elegidos. Los tiempos de la Iglesia no son los de este mundo. No habría aguantado dos mil años sin apenas cambiar lo fundamental. Con la Iglesia pasa como con el fútbol: los cambios la harán más moderna, pero la empobrecen. ¿Dónde está la frontera de Dios? Es el título de la novela con la que el periodista, poeta y sacerdote Martín Descalzo ganó el premio Nadal. El año anterior lo ganó Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama. Un año después, Carmen Martín Gaite con Entre visillos. Fueron marido y mujer. Se casaron en Roma, el palíndromo de Amor.
La Iglesia es romana gracias a Nerón. Francisco se murió sin visitar España en sus años de pontificado. Tierra de infieles… y vaticanistas. Cuánto saben los que de nada saben. La mano de Dios fue en el 86, gol de Maradona a centro de Borges.
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