Tomás Díaz

Respirar Jaén en Semana Santa

Momento para el análisis de una Semana Santa que ha sido histórica para Jaén a través de momentos de ilusión, emoción y hasta de tragedia

¿Qué impide a las hermandades procesionar el Sábado Santo en Jaén?

Miles de personas se han echado a las calles para disfrutar de la Semana Santa de Jaén.
Miles de personas se han echado a las calles para disfrutar de la Semana Santa de Jaén.

Jaén/Casi sin darnos cuenta, el sueño que nos mantuvo con ilusión durante todo un año está a punto de expirar. Como un azucarillo, nuestra Semana Santa se ha disuelto en nuestras manos, mientras nubes con aroma a incienso y azahar coronan una ciudad que ha sentido de forma diferente este tiempo que ha dado color a esta tierra llamada Jaén. Temblamos por escuchar un “ahí quedó” que nos conmueve por dentro, que nos entristece en este preciso instante, en el que cerramos los ojos para recordar cada momento de felicidad vivido en días atrás.

La Agrupación de Cofradías y Hermandades de Jaén elegía un año más el lema ‘Vive Jaén en Semana Santa’ para su vídeo promocional. Jaén no sólo ha vivido su ciudad en estos días, sino que la ha respirado, la ha saboreado y la ha disfrutado de la mejor manera posible. Jaén late de forma especial en los días que las cofradías realizan testimonio público de fe por las calles de esta bendita tierra, que huele diferente una vez que una cruz de guía besa el asfalto en una tarde soleada de pasión.

Emociona ver ríos de personas inundando las calles de nuestro Jaén, que se había engalanado para el encuentro con el Señor. La Semana Santa de Jaén de este año Jubilar de la Esperanza ha dejado recuerdos imborrables, históricos, de emoción, de alegría y hasta de tragedia. En todos esos instantes estuvo Jaén presente, que se echó a las calles para disfrutar de cada revirá, chicotá o levantá de las cofradías que conforman nuestra Semana Santa. Los jiennenses necesitaban respirar a través de su ciudad, y en estos días lo han conseguido gracias a una Semana Santa que no deja de crecer año tras año.

Hay muchos motivos para sentirse orgullosos de aquello que se ha logrado a base de esfuerzo y sacrificio por parte de las personas que dan vida a nuestras cofradías, pero también son días en los que es conveniente realizar examen de conciencia para analizar con lupa los aspectos que podrían engrandecer más nuestra Semana Santa.

Tras varios años en el dique seco, un servidor ha tenido la oportunidad de regresar al suelo de Jaén que se convierte en cielo por unos días. Muchos momentos son retenidos ahora en mi corazón, pero también hay otros tantos que vagan por mi cabeza como una asignatura pendiente. Puedo decir sin miedo a equivocarme que, a pesar de dar color a nuestra ciudad en estos días, no hemos disfrutado todo lo que deberíamos de nuestra Semana Santa. Las pantallas de dispositivos móviles, cámaras y largas pértigas distraen a nuestro corazón, que hoy se resiente al darse cuenta que no ha estrujado todo lo que debería ese sueño que te mantuvo despierto durante todo un año. El afán por ir más allá nos ha tapado los ojos del alma, y ahora ya no hay vuelta atrás para remediar ese tremendo error. Habrá que esperar todo un año para tropezar nuevamente en la misma piedra.

Estamos cerca de dejar atrás una Semana Santa histórica. Ha sido una Semana Santa en la que se ha vuelto a evidenciar el interés de la juventud por esta pasión que se convierte en estilo de vida. Había tremenda expectación por recrearse en las novedades de la Semana Santa de la capital, y así lo hizo Jaén en las últimas horas con la primera salida procesional de la Virgen del Amor, de la Hermandad Misionera del Divino Maestro; así como con ese primer pellizco al corazón de la Hermandad de la Lanzada en las calles de Jaén. En este último caso, esta hermandad franciscana cautivó a los jiennenses en la mañana radiante de un Jueves Santo que relució más que el sol. Ha sido uno de los momentos de esta Semana Santa sin lugar a dudas al apreciar cómo el esfuerzo de una joven hermandad puede dar sus frutos en las calles del Santo Reino.

Una Semana Santa que también nos ha regalado otros instantes históricos, tales como esa liberación de un preso gracias a la Hermandad del Perdón. La estrecha relación de esta hermandad del Miércoles Santo con instituciones penitenciarias nos ha permitido captar un momento que únicamente puede lograrse gracias a la peculiaridad de este tiempo que nos eriza la piel.

Pero como todo en la vida, los “peros” también tenían que salir a relucir en este balance de la Semana Santa de Jaén 2025. Sin lugar a dudas, la incertidumbre por la meteorología nos ha distraído enormemente a la hora de disfrutar como merecíamos de nuestra Semana Santa. Un panorama climatológico que también ha venido acompañado del llanto, del dolor y hasta de la confrontación. La valentía de dos cofradías del Martes Santo nos dejó imágenes de desconsuelo a los pies de la Catedral de la Asunción. Sí, es esa que no abrió sus puertas a cornetas, tambores, trompetas, tubas o saxofones que son claves para orquestar una melodía celestial, que acaba por convertirse en banda sonora de nuestra vida. No seré yo quien estire su dedo índice para señalar a culpables, pero sí seré el que insista en que son las propias cofradías y hermandades de Jaén las que tienen obligación de reclamar aquello que parece tan sencillo en cualquier punto de Andalucía, y que en Jaén acaba por convertirse en sonrojante.

Con todo lo bueno y malo vivido en estos días, ahora llega el momento de reflexionar, de analizar y regresar a ese sueño del que nunca quieres despertar. Toca enfundarse el mono de trabajo para engrandecer nuestra Semana Santa desde la constancia, desde el sacrificio, y desde la humildad, que sigue siendo el elemento que más brilla por su ausencia en el mundo cofrade de Jaén. Sueñen despiertos porque tenemos en nuestras manos las mejores armas para seguir presumiendo de una Semana Santa que da sentido, vida y color a esta ciudad necesitada de alegrías.

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