Prohibido ofender, salvo a los creyentes

La ciudad y los días

12 de enero 2025 - 03:11

Los mismos tertulianos que en uno de esos programas televisivos en los que se mezcla todo se indignan (con razón) porque una discoteca de Torremolinos que se presenta como “club privado marroquí de lujo” se promocione en las redes con un reglamento que prohíbe “peleas, drogas, gorras, chanclas y maricones”, y que encuentran (con razón) intolerable que se margine u ofenda a cualquier colectivo, pasan después a comentar con diversidad de opiniones a favor y en contra la “Proposición de Ley Orgánica de garantía y protección de los derechos fundamentales frente al acoso derivado de acciones judiciales abusivas” registrada el pasado viernes por Patxi López para –dijo– “impedir el acoso que se sufre cuando hay quien utiliza las acciones judiciales de forma abusiva, con el único fin de atacar a quienes no comulgan con sus planteamientos”. En ella se plantea la “reforma de la acusación popular, la obligación de inadmitir querellas basadas en recortes de prensa, la abstención y recusación de jueces por declaraciones de contenido político y la supresión del delito de ofensas contra los sentimientos religiosos”.

Unos tertulianos estaban a favor y otros en contra de la limitación de la acusación popular y la no admisión de las querellas basadas en investigaciones periodísticas. Los que estaban a favor coincidían con López en que así se frenarán los mecanismos de acoso ultras. Los que estaban en contra lo tildaban de inconstitucional y de ignorar el papel de la prensa en la denuncia de la corrupción que ha afectado al PP y al PSOE (razón por la cual Rajoy intentó, con la oposición del PSOE, lo que ahora intenta el PSOE con la oposición del PP).

En lo único que estaban todos de acuerdo fue en aplaudir la supresión del delito de ofensas contra los sentimientos religiosos, coincidiendo con López en que es utilizado “permanentemente por organizaciones ultras y fundamentalistas para perseguir a artistas y periodistas”. Curiosamente quienes estaban unánimemente de acuerdo (con razón, insisto) en que es intolerable discriminar u ofender los sentimientos de cualquier grupo o colectivo también lo estaban en que era necesario que la ofensa a los sentimientos religiosos y la vejación de quienes profesan o practican una religión sea suprimida del Código Penal. Con lo cual el único colectivo que puede ser ofendido y vejado en nombre de la libertad de expresión es el de los creyentes. Encomiable.

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