Política potente, candidata débil

El balcón

11 de enero 2025 - 03:08

María Jesús Montero será la nueva jefa del PSOE andaluz por expreso deseo de Pedro Sánchez. Es una política potente; de los pocos consejeros con rango en los gobiernos de Susana Díaz. Y ha desempeñado con solvencia la cartera de Hacienda en el Gobierno de la nación. Pero es una candidata vulnerable. Para empezar, está pluriempleada en exceso. Esto no es Francia, en donde primeros ministros como Chrirac o Juppé simultanearon el cargo, al menos en teoría, con las alcaldías de París o Burdeos. Montero es vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda, vicesecretaria general del PSOE y ahora secretaria general in pectore de los socialistas andaluces.

Tiene otras desventajas iniciales. No ha resuelto en seis años una financiación autonómica que perjudica a Andalucía. Su argumento de que han venido a la región 53.800 millones más que cuando estaba Rajoy se explica por el aumento sustancial en la recaudación nacional de impuestos. Andalucía sigue estando cinco puntos por debajo del promedio de financiación por habitante. Además, Montero deberá llegar a un acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado en el que los independentistas catalanes le exigirán concesiones de difícil explicación aquí. Su defensa de una financiación singular para Cataluña ya es un mal precedente.

Tiene el flanco de los ERE, comodín permanente de su rival. Los ERE no son un invento del PP. Los ha exagerado hasta la náusea el partido conservador, que fue parte acusadora y ha controlado el relato hiperbólico. Pero en la Consejería de Empleo hubo descontrol, fraude y corrupción de intrusos, intermediarios y juergas impresentables. En el inconsciente colectivo, los eres son la parte oscura de las administraciones socialistas. Aunque sentencias del Tribunal Constitucional y el Supremo han desmontado infundios lanzados por los hombres del saco del Partido Popular tales como que “los socialistas robaron 700 millones de los parados para gastarlos en putas y cocaína”. El Supremo ha ratificado la legalidad de las ayudas a los 6.000 trabajadores beneficiarios por las que se han pagado o se siguen abonando por el actual Gobierno andaluz 680 millones. Y han ido a la cárcel inocentes, como Carmen Martínez Aguayo.

Y puesta a tener que apechugar con una pesada mochila, está el abstracto del sanchismo, la poca simpatía que despierta el presidente, que le adjudicarán los populares a la principal colaboradora de Pedro Sánchez. Aunque estamos ante una buena corredora, su carrera de obstáculos es de inicio casi imposible.

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