Fragmentos
Juan Ruesga Navarro
La Plaza de España, prueba del nueve
Fragmentos
Los que estudiaron bachillerato antes de 1970, es posible que recuerden la prueba del nueve. Para los que no o simplemente no la conozcan, les diré de forma breve en qué consiste. Es un artificio matemático para comprobar, de manera sencilla y rápida, si es correcto el resultado de una operación complicada de numerosas cifras realizada a mano, por ejemplo, una división con un número de más de seis cifras y un divisor de más de tres cifras. Hasta la aparición de las calculadoras portátiles, era la única manera de comprobar si la operación estaba bien. Y se basa en que el resto de dividir un número por nueve es el mismo que el de dividir por nueve la suma de sus cifras. Ingenioso y eficaz.
En los procesos de gestión de una ciudad en general y en ordenación urbanística en particular, existen a mi entender las pruebas del nueve. Es decir, se puede comprobar de una manera sencilla y directa la capacidad para gestionar y resolver difíciles tareas. En Sevilla se me ocurren varias pruebas para comprobar como va la ciudad, una de ellas siempre es y ha sido la limpieza de calles y plazas, incluyendo pintadas, deterioro del mobiliario urbano y recogida de basuras. Resulta la opción más sencilla de comprobar cómo está la ciudad. Podríamos citar temas de la ciudad que cada uno considera cruciales y que su resolución mostraría que esto marcha. Cada uno que piense en las cuestiones que más le preocupan.
Ahora tenemos un nuevo reto, la conmemoración del centenario de la Exposición de 1929. Pero podemos hacer una comprobación con un ejemplo: si resolvemos la conservación, gestión y uso de la Plaza de España es que podemos resolver la conservación, gestión y uso del legado de la Exposición del 29. Ya casi no queda tiempo, pero sí lo hay para concretar la voluntad de resolverlo, con la constitución de un Patronato, ya que afecta a usos diversos, edificaciones y espacios singulares y diferentes administraciones, tanto en propiedad como en uso.
No es una idea original ni lo pretende, el objetivo es alentarla. Otros tendrán que actuar. Afortunadamente ya se comenta como solución viable y necesaria entre personas de las diferentes administraciones del edificio y entre profesionales sevillanos que han tenido responsabilidades parecidas. Incluso me consta que altos responsables de su uso y gestión en la actualidad, se sorprenden de que a estas alturas aún no exista un Patronato en la Plaza de España. Para tomar decisiones conjuntas, fijar normas de uso y resolver cualquier cuestión como, por ejemplo, el cumplimiento de toda la normativa vigente en materia de seguridad y accesibilidad y contar con seguros coordinados para cubrir posibles daños a la edificación y a las personas. Cómo vamos a organizar la conservación y uso de la herencia del 29 si no resolvemos la de su edificación más simbólica, y si no hemos sido capaces de montar un Patronato para la buena gestión de la Plaza de España después de casi cien años. La prueba del nueve.
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