
DEVOLVER AL REMITENTE
Ildefonso Ruiz
Autocracia consentida
Jaén del Futuro
Cádiz forma parte esencial de la historia de la prensa en España. Y de manera muy especial a lo largo del siglo XIX.
El inicio de la decadencia del comercio con América, tras el final del monopolio marítimo, no impidió que la ciudad mantuviese durante buena parte de esta centuria un papel relevante en el devenir de la política y la cultura española.
En Cádiz nació, en 1812, la primera Constitución liberal del país. Cádiz fue punta de lanza de las revoluciones progresistas que se produjeron en estas décadas y, aunque con mejor intensidad que en el siglo XVIII, mantuvo abierto el comercio de ultramar atrayendo a empresarios de media Europa, que enriquecieron a la sociedad gaditana con la proliferación de teatros, librerías, eventos sociales…
Todo ello lo reflejaron los periódicos de la época. Y títulos no faltaron, hasta el punto de que Cádiz compitió con Madrid y Barcelona como una de las ciudades del país con mayor número de diarios en circulación durante la mayor parte del siglo.
Cierto es que buena parte, por no decir la totalidad, de estos periódicos se apoyaban sobre una causa política, un partido dominante, que controlaba su ideología y sus contenidos. Hasta que en la mañana del 16 de junio de 1867 salió a la venta el primer ejemplar de Diario de Cádiz.
Federico Joly Velasco logró ese día, como editor, ver hecho realidad un proyecto por él largamente deseado y que iba a marcar el paso de la prensa moderna en Andalucía.
Durante años, desde que siendo aún un niño entró a trabajar en la Imprenta de la Revista Médica, la más importante de la provincia, había participado, primero como empleado en el taller para, luego, ir ascendiendo hasta convertirse en gerente de la empresa, como impresor en la edición de numerosos periódicos en la ciudad, ajenos a su propiedad. De esta forma había aprendido el oficio y, sobre todo, había aprendido lo bueno y lo malo en la edición de la prensa. Y todo ello lo trasladará a ‘su’ periódico, el Diario de Cádiz.
Por lo pronto, asumió que debía de liberar a la Imprenta Médica de la incertidumbre económica de un nuevo producto, y más desde que pocos meses antes había cerrado la compra de la compañía propiedad hasta entonces de la familia Oneto. De esta forma, Diario de Cádiz se imprimió en su primer año en una imprenta ajena a la suya, hasta que asentó muy pronto el nuevo producto.
Al nombre de Diario de Cádiz le acompañará en la mancheta “y su Departamento”, referido al departamento marítimo que, en el sur, estaba en la capital gaditana. Y junto a ello la denominación de “periódico de noticias nacionales y extranjeras (sic), mercantiles, literarias y de anuncios”, a la que pronto unirá el de “político”
El primer número del 16 de junio de 1867 se abrirá con un editorial que trasladará a los nuevos lectores los fundamentos del diario que, desde entonces, han marcado el ADN de la empresa: “(…) Lejos de nosotros el promover polémicas enojosas que casi siempre perjudican la causa que se defiende; antes bien, procuraremos en todo tiempo discutir con las armas de la razón y la justicia, que son las únicas que pueden producir la luz en toda clase de cuestiones. (..) Independientes por carácter, no nos prestamos a ser órganos de nadie”.
Esa independencia defendida como elemento esencial del periódico será el segundo aspecto singular que impondrá Federico Joly a su nuevo diario. La calidad del producto ya visto en las convulsas décadas del final de siglo XIX le llevará a situarse entre los más vendidos y prestigiosos de la región.
En junio de 1878 Federico Joly Diéguez, hijo del fundador, asumirá la dirección del Diario. Permanecerá al frente del mismo durante más de cuatro décadas, hasta su fallecimiento. Los dos Joly formarán un equipo esencial en el desarrollo de la empresa, como años más parte pasará con las siguientes generaciones.
Asentado ya como el periódico de referencia de la provincia y de Andalucía, Joly Diéguez ampliará el número de colaboradores, introducirá la fotografía en el periódico, la primera en 1897, y reforzará el servicio de noticias por telégrafo (hasta el punto de ser uno de los escasos diarios nacionales con este sistema informativo más ágil). Mimará la calidad de elaboración de las noticias de cada día.
En 1888 se publicará una hojilla vespertina informando de las pruebas del submarino de Isaac Peral en aguas gaditanas. Su éxito llevará a la empresa a publicar una edición de la tarde del Diario, que perdurará hasta 1942. Tras la muerte de Joly Diéguez toma las riendas de la empresa Federico Joly Díez de la Lama. En su etapa se creará el departamento de fotograbado, lo que impulsará la publicación de documentos gráficos, y ampliará el servicio de teletipos.
Serán años duros. La dictadura de Primo de Rivera, la caída de la monarquía, la llegada de la II República. Años en los que por primera vez el periódico sufrirá los recortes de la censura oficial. Y la Guerra Civil que culminó con una larga dictadura. Años duros en los que el editor, con gran maestría, salvará a la empresa del cierre del Diario, dictada en 1938 por el régimen franquista para favorecer al periódico que la Falange acababa de sacar en la ciudad.
A pesar de la férrea censura, Diario de Cádiz mantendrá los ideales fijados en su primer editorial de 1867. Gracias a ello, las ventas crecerán año tras año, al igual que la publicidad. Se idean nuevos suplementos, páginas especiales para Jerez y el Campo de Gibraltar (que en su momento tendrán sus propios periódicos) y en 1967, con motivo del centenario, se pondrá en marcha la primera rotativa del Diario.
En estos años, Federico Joly ya trabajaba mano a mano con sus hijos Federico y José Joly Hörh, que pondrán en marcha la empresa Ingrasa. El prematuro fallecimiento de José Joly Höhr en 1987 llevará a su joven hijo, José Joly Martínez de Salazar, a ocupar el puesto de consejero delegado, con el decidido apoyo de su tío Federico.
Representante de la quinta generación de editores, completará la modernización de la compañía ya iniciada años antes y dará un paso esencial para convertirse en la principal empresa periodística en Andalucía.
El 20 de enero de 1990 Diario de Cádiz abandona su histórico formato sábana, el último en España, para editarse en tabloide. Para ello se habilita una nueva planta impresora en Puerto Real en la que, con el tiempo, se editarán el resto de los diarios del Grupo. Ocho años más tarde nacerá la edición digital del periódico.
En febrero de 1999 Joly saldrá de su frontera natural de Cádiz y abrirá Diario de Sevilla. Le seguirán Córdoba, Huelva, Granada, Málaga y Almería. Y ahora, cerrando el desarrollo por toda la región, Jaén.
También te puede interesar
DEVOLVER AL REMITENTE
Ildefonso Ruiz
Autocracia consentida
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Santa Justa, símbolo de la incompetencia
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Tirarse la Feria a la cabeza
Cambio de sentido
Carmen Camacho
Ritual