Las dos orillas
José Joaquín León
Plataforma para las sillas
La ciudad y los días
Siempre me ha fastidiado que desde Europa se mire con un aire de superioridad política a los Estados Unidos. También de superioridad cultural, porque nuestros tres o cuatro mil años de historia transmitida hasta hoy en continuidad –desde Homero, los presocráticos y los libros más antiguos de la Biblia– iban en los mismos barcos que transportaban a los colonizadores, sobre todo españoles e ingleses. La primera universidad española en América se creó en 1551 y la primera inglesa en 1636. Estados Unidos es hija de Europa. Y una hija aventajada. La primera revolución nacida de la Ilustración fue la americana, que antecede en 20 años a la francesa. Y el esplendor e influencia de la cultura estadounidense no precisa comentario.
Pero vamos a lo político. ¿La Europa que creó los totalitarismos comunistas, fascistas y nazis del siglo XX puede dar lecciones de democracia a los Estados Unidos, que por mal que vayan allí las cosas, peligrosa que sea la victoria de Trump y preocupante la crisis de los demócratas, jamás ha tolerado una dictadura en su territorio? ¿La Europa que provocó las dos guerras mundiales causando más de 100 millones de víctimas? ¿La Europa que durante siglos se desangró en guerras civiles frente a los Estados Unidos que solo ha sufrido una?
Y si nos preguntamos cómo es posible que tantos estadounidenses voten a un tipo como Trump (cuya victoria, por cierto, debe agradecerle al chocheante aferrarse de Biden al poder impidiendo a su partido presentar un candidato más consistente) preguntémonos antes cómo es posible que en las últimas generales 3.057.000 españoles votaran a Vox y 335.129 a EH Bildu, y que en las europeas 1.668.255 votaran a Vox y 803.545 a Alvise. Por no sumar, tanto en las generales como en las europeas, los votos a los populismos de izquierda que, por cierto, cogobiernan con el PSOE y lo apoyan. O cómo es posible que 10.647.914 franceses votaran a la extrema derecha de Berdella-Le Pen, 7.302.517 italianos a Meloni o 1.330.325 suecos a Akesson. O que por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial la ultraderecha obtenga espectaculares resultados en Alemania. Y que 17.410.742 británicos votaran a favor del Brexit, siendo el Reino Unido el único país europeo, por ser la democracia más antigua y estable de Europa, salvo los breves años de la dictadura de Cromwell, que puede hablar de tú a tú democrático a los Estados Unidos.
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