Como mola Bildu

25 de abril 2024 - 10:59

El pasado domingo 21 de abril, la sociedad vasca confirmó algo que se veía barruntando en las últimas semanas o meses. El ascenso de Bildu a la categoría candidata a fuerza política hegemónica vasca. Los 27 escaños de la formación abertzale, reflejaban un tremendo respaldo social a esta coalición de izquierdas vasca, en la que se ha refugiado todo el conglomerado social de la banda terrorista ETA, toda vez que esta dejó las armas.

Y este hecho de que Bildu sea la prolongación de una banda terrorista que hasta hace bien poco asesinaba, secuestraba, extorsionaba y torturaba a una buena parte de la sociedad que hoy le ha dado el mayor apoyo de la historia, puede hacer pensar que en el País Vasco existen 347.735 personas que están a favor del terrorismo. Sin embargo, la realidad es que el apoyo a Bildu se ha ido multiplicando a medida que la organización política, que dirige nada más y nada menos que un investigado por secuestrar a un directivo de Michelin, se ha ido convirtiendo en un interlocutor válido en el tablero político.

El proceso de blanqueamiento que, en su decadencia moral, ha venido realizando el PSOE a los postetarras, ha hecho que una buena parte de la sociedad vasca ya no se sienta incómoda votando a quienes hasta hace poco, tenían como slogan el tiro en la nuca, como plan de vivienda el secuestro en zulo o la bomba-lapa como modus operandi. Y así pues, con la patente de corso que otorga sentarse a negociar bajo el paraguas de fuerza progresista, un partido que incorpora en sus filas a condenados por delitos de terrorismo, ha pasado a ser considerado un partido guay, rebelde y moderno. Una formación que ahora aglutina el voto de quienes hasta hace poco, votaban al propio PSOE en Euskadi o a Podemos.

Y es curioso que quienes se pasean a diario entre reliquias del franquismo, agotando la agenda política, social y mediática con nuevas medidas en favor de la memoria histórica, se hayan pasado más de una década cacareando un falso fin de la banda terrorista, llamando a la sociedad a pasar página sobre la gran barbarie de nuestra democracia. Tal vez el episodio más importante en ese camino sin retorno a la indecencia moral a la que se ha sometido el socialismo patrio.

El problema que surge de estos resultados del 21 de abril, es que se puede sacar la conclusión de que en un momento dado asesinar, torturar, secuestrar, extorsionar o cualquiera de las barbaridades que los terroristas han cometido durante tantos años, puede ser un camino válido si pasado un tiempo te reciclas en un partido de ideología woke. Siquiera hará falta arrepentirte de tus delitos o renegar de tu violencia pasada. Tan solo será preciso que algún partido o líder sin moral alguna, necesite de tus servicios para gobernar.

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