Mercedes de los Reyes

Fragmentos

30 de diciembre 2024 - 03:08

La reciente pérdida de Mercedes de los Reyes, una importante figura de la Universidad de Sevilla y una personalidad indiscutible en los estudios sobre nuestro Teatro del Siglo de Oro, da pie a escribir en su recuerdo. Tuve la suerte de compartir sus conocimientos y su amistad, que como dice el escenógrafo Vicente Palacios, nos abrió las puertas al mundo fascinante de los clásicos españoles y de los corrales de comedias y a un amplio grupo de expertos del tema, que ella, con su humanidad, convirtió en nuestros amigos y que es sin duda el mejor legado que nos ha dejado en lo personal. Poco podía imaginar que el día que entró en el estudio, hace años, para plantearnos la posibilidad de trazar unos planos del Corral de la Montería del Alcázar de Sevilla, era el primer paso de lo que ha sido una dedicación importante: el estudio de la arquitectura de los corrales de comedias y sus representaciones escénicas.

Y es que Mercedes fue pionera, con su gran amiga y compañera de investigaciones, la profesora Piedad Bolaños, en entender que el teatro del Siglo de Oro era un hecho escénico y que los conocimientos de filología no bastaban para entender en profundidad ese gran legado de nuestra cultura. Incansable y rigurosa hasta en el detalle más pequeño de sus estudios, realizó trabajos en grupo con directores de escena, arquitectos, escenógrafos, etc… donde era capaz de crear un ambiente absolutamente cordial.

Transmitía a sus alumnos, con generosidad y entrega, no solo el hecho textual del teatro, sino la propia representación teatral, mostrando así su faceta de mujer del teatro, como le gustaba sentirse. Esa labor con sus alumnos continuaba fuera del aula, como cuando los llevó a conocer la maquinaria del Misterio de Elche, viva herencia de Brunelleschi en nuestros días. Y los animaba a asistir a festivales y congresos, como en las Jornadas de Almería, donde compartían charlas y desayunos con expertos como Antonio Serrano, Manuel Canseco, José María Ruano de la Haza, José María Díaz Borque, Ricard Salvat, Andrés Peláez, Javier Huerta Calvo, etc. A esos encuentros asistía lo más destacado de la filología nacional e internacional desde Madrid a Lisboa, Valencia, Barcelona, Valladolid, Almagro, La Rioja, Canadá, Francia o Italia. Todos eran conocidos de Mercedes a la que trataban con tanta efusión como respeto y era un referente para todos ellos, pero también una amiga, una compañera. No importaba la edad, los que no eran compañeros, habían sido alumnos o sabían de su magisterio. Para todos tenía una palabra cercana, un interés por su familia y de todos recibía, junto al reconocimiento, un afecto que se hacía evidente a cada paso.

Agradecemos a la redacción de Diario de Sevilla la nota en recuerdo de una persona excepcional, que ya no estará corrigiendo incansable hasta el último detalle del trabajo, y esperamos sea homenajeada y reconocida por su Universidad, por su ciudad y por Andalucía, porque estoy seguro que en otros lugares lo harán.

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