Manipulación del Papa Francisco

Las dos orillas

Es lamentable la visión sesgada y manipuladora que los partidos de la izquierda y la derecha española han tenido al valorar el legado del papa Francisco. La izquierda, desde el PSOE a Sumar y Podemos, lo ha presentado como si fuera un militante de los suyos. Y en el PP y en Vox sus líderes han sido cicateros, torpes, y en el caso de Feijóo hasta cateto, al destacar que fue un Papa que “habló en español”, lo que nos recuerda a lo que decían algunos sobre el catalán. En cuanto a Vox, al afirmar Abascal que rezan por su eterno descanso, nos ha recordado lo que pidió Francisco durante su convalecencia: “Recen por mí, pero para que me cure”. En fin, que la derecha también lo consideraba de izquierda.

Es triste porque se distorsiona el gran legado que Francisco ha dejado a la Iglesia y a los católicos. Hay que recordar que llegó al Papado después de la renuncia de Benedicto XVI, un Papa considerado conservador, un eminente teólogo, que le abrió el camino a Francisco para emprender las reformas que la Iglesia necesitaba. Benedicto XVI facilitó lo que iba a pasar.

Y es verdad que Francisco ha sido el Papa de las periferias, como en Buenos Aires. Siempre junto a los más alejados. Siempre con los pobres, con los humillados, con los que son víctimas de los poderosos. Eso le enfrentó al capitalismo salvaje de la ultraderecha. Pero no era un Papa marxista, sino que fue uno de los que asumieron la Teología del Pueblo, que acabó con la Teología de la Liberación, cuando se había contaminado de marxismo. Siguiendo a teólogos como el uruguayo Alberto Methol Ferré y el grupo de Aparecida, la defensa de los pobres que emprendió Francisco se basaba en la superación de la lucha de clases a través de la reconciliación, el perdón y la misericordia. Era la elección del amor (y no del conflicto) para llegar a la justicia social y la caridad. Ver al otro como el prójimo. Por eso estuvo en contra de todas las guerras y defendió siempre la justicia y la paz.

Y defendió la naturaleza en su encíclica Laudato si, pero no era como Greta Thunberg, sino porque eso ya lo dijo San Francisco de Asís en el siglo XIII. Amor a la naturaleza como creación de Dios. Y amor a la vida. Este Papa se opuso al aborto, a la eutanasia, al sacrificio de los débiles, y a todo lo que causa destrucción. Y eso se lo callan quienes lo caricaturizan a su muerte como si fuera el Che Guevara. Pero era Francisco y en su nombre está su legado: seguir a Jesucristo, recordando el ejemplo del santo de Asís. Y para eso se necesita el amor a Dios y el amor al prójimo, que no tienen la mayoría de nuestros políticos.

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