La ‘mafia’ y las circunstancias

Las dos orillas

16 de enero 2025 - 03:08

En la polémica sobre la llamada mafia del taxi en el aeropuerto de Sevilla podríamos recurrir a la filosofía. Lo sé, la filosofía está olvidada, hasta el punto de que un filósofo llamado Salvador Illa fue colocado como ministro de Sanidad y actualmente es presidente de la Generalitat de Cataluña. Pero la filosofía podría explicar lo que sucede en el aeropuerto, más allá del conflicto entre taxistas, ya que la mafia susodicha tiene su origen en las circunstancias. Y ello nos llevaría directamente a Ortega y Gasset, un filósofo al que se suele citar en los calendarios y agendas por su legendaria frase: “Yo soy yo y mi circunstancia”.

La frase completa, “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”, la escribió en Meditaciones del Quijote, publicado en 1914. El filósofo apela al condicionamiento de las circunstancias en la vida de las personas. José Ortega y Gasset fue el gran filósofo español del siglo XX. Hombre fiel a su conciencia, lo que le sirvió para alejarse de las dos Españas y ser condenado al olvido de la memoria. Fue republicano, pero después se hizo como de la tercera España. Se exilió, volvió en 1945, y residió en Madrid, donde el régimen franquista le castigó sin cátedra por su pasado republicano, aunque le permitieron quedarse y falleció en su casa en 1955. En octubre se cumplirán los 70 años de su muerte, dos décadas antes que el dictador cuyo óbito se festeja.

Volviendo al aeropuerto, las circunstancias son las que son. Un sector del taxi es acusado de mafioso por no permitir el trabajo de otros compañeros. Pero el problema de fondo es llegar al aeropuerto. Si no tienes un coche particular, o un familiar o amigo que te traslade, y si no quieres ir con el equipaje en autobús, que resulta más bien molesto, sólo te queda una opción: desplazarte al aeropuerto en taxi.

Las circunstancias son esas: no se puede ir al aeropuerto de Sevilla en metro, como en cualquier gran ciudad europea. No se puede ir al aeropuerto de Sevilla en tren de cercanías, como a los aeropuertos de Málaga y Jerez, por ejemplo. El aeropuerto de Sevilla padece un transporte tercermundista. Esas son las circunstancias que favorecieron la creación de una presunta mafia. Con un transporte público que cubriera las necesidades de los ciudadanos nunca hubiera aparecido una mafia.

Podríamos terminar el silogismo diciendo que Sevilla no tiene un transporte a la altura de las circunstancias, y que las grandes ciudades sí lo tienen, ergo la conclusión es que Sevilla no es una gran ciudad. No lo será hasta que tenga un transporte a la altura de las circunstancias.

stats