Jaén, provincia marítima

Alameda de Marín con la Escuela Naval al fondo.
Alameda de Marín con la Escuela Naval al fondo.

La princesa ha venido a Marín y todos saben cómo ha sido. No es como la primavera de la tierna poesía de Antonio Machado. Aquí se la esperaba desde hace meses. La Escuela Naval se ha acicalado (y algo más) para tan ilustre alumna, que durante cuatro meses cursará los estudios junto a sus compañeros.  

La ciudad es a Pontevedra como Torredelcampo a Jaén, hasta el punto de que hay quien dice que Pontevedra es un bonito barrio de Marín… Bromas aparte, todos los marinenses y los turistas que aún quedan por estos lares, hacen guardia estos días en la puerta de entrada a la Escuela Naval Militar, un complejo de edificios que miran al mar, con la ilusión de ver de cerca a la futura reina. Pero el cerco que la guarda es impenetrable. Cuentan que la otra tarde salió a tomar algo a la terraza de una cafetería situada justo enfrente de la Escuela y que una vecina, al percatarse de tan ilustre clienta, quiso acercarse a ella. Se le plantó delante un armario empotrado con forma humana que le impidió todo acercamiento. Y la señora, con una gracia más andaluza que gallega, le espetó al guardaespaldas:; “Tú quién eres, el Kevin Costner de la princesa?”. 

Como jiennense me llama la atención que muchos caballeros guardiamarinas son, precisamente, de Jaén o de otras provincias andaluzas. Quizá atraídos de alguna manera porque Jaén fue en su día provincia marítima, allá por el siglo XVIII, gracias a la gran riqueza forestal de la Sierra de Segura. En 1748, Fernando VII creó la provincia marítima de Segura de la Sierra, con el objetivo de explotar la madera que producía esta serranía  y abastecer a Cádiz y Cartagena para la construcción de buques de la Marina Real. Y así viajaba la madera río abajo, primero para abastecer a la Corona, y después para otras muchas construcciones civiles.  

La expectación es máxima con la recién llegada y se analiza con lupa cualquier movimiento. Cuentan que su primera salida a navegar, en su segundo día en la Escuela, estuvo insegura… Lo que no dicen es que había niebla y era el día menos indicado para surcar la Ría. A la prudencia le llaman inseguridad, a veces.  

La cuestión es que habría que aprovechar este tirón mediático para “explotar” el paralelismo de Jaén con Marín, toda esa savia fresca jiennense que nutre las filas de la Marina y que poco o nada se conoce. 

Jaén tiene su mar de olivos y algo más. Su quinto parque natural son las Illas Atlánticas. Ya hubo un hermanamiento con motivo la tragedia del Prestige. Con la Cámara de Comercio de Jaén y la Escuela Naval. Durante tres meses, buzos de Cruz Roja de Jaén limpiaron los fondos marinos de las Islas Atlánticas, gracias al dinero recaudado en una cena solidaria en el antiguo restaurante La Espadaña, a la que acudieron centenares de jiennenses. De ahí nació la regata “Jaén rumbo al interior”, que durante una década se celebró en esas mismas aguas de la Ría que ahora surcan la princesa y su abuelo Juan Carlos. 

Jaén y Marín no están tan lejos… O sí. 

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