Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Dónde están mis cuatro euros?
Las dos orillas
Octubre se despide con unas lluvias intensas que recuerdan las inundaciones de otros tiempos. La tragedia ha afectado especialmente a la Comunidad Valenciana, pero también ha causado graves daños en Andalucía y otras regiones, como Castilla la Mancha y Murcia. El número de muertos va en aumento, se remonta a los niveles de las grandes catástrofes. De vez en cuando, puede llegar una inundación de alto riesgo. En Sevilla, estas lluvias recuerdan las riadas del siglo pasado, la Operación Clavel de 1961, los desbordamientos del Tamarguillo, la rotura del muro de defensa, las barcas en la plaza de San Lorenzo y la Alameda… Una Sevilla de riadas que se identifica con los tiempos de Franco. Aunque forman parte de su historia.
En Sevilla hicieron unas obras que resultan efectivas para prevenir las riadas. Han ahorrado mucho sufrimientos No es sólo porque llueva menos, porque duren más los periodos de sequía, por que las temperaturas sean más calurosas. La ciudad quedó mejor preparada por la corta de la Cartuja, por las obras en el Tamarguillo y por otras intervenciones para evacuar las aguas con más fluidez. Aunque eso no evite que tengamos algunos problemas, en diversos lugares de la ciudad, cuando las precipitaciones son abundantes.
Aquellas inundaciones, cuando Bobby Deglané despertaba la solidaridad para ayudar a los damnificados, eran semejantes a las de estos días en Valencia. Una catástrofe con tantas víctimas nos lleva al túnel del tiempo. Y también vemos que en la mayoría de los pueblos damnificados los daños han sido causados por los ríos de las inmediaciones, crecidos con las trombas de agua. Depende de cada caso, pero después de lo ocurrido, habrá que adoptar decisiones para corregir los factores de riesgo que aún existen en ciudades y pueblos.
Ahora es de sentido común revisar la política para las sequías. ¿Puede anunciar Juanma Moreno que la sequía ha terminado en Andalucía? Depende, sí, pero resulta sarcástico hablar de restricciones cuando llega el agua de los ríos desbordados hasta el tejado de las casas. La Naturaleza tiene ciclos, unos más secos y otros más húmedos. Esto se puede leer en la Biblia. Puede que el diluvio universal de los tiempos de Noé fuera algo parecido a lo ocurrido estos días en la Comunidad Valenciana.
La Humanidad ha vivido años de vacas gordas y de vacas flacas. La Humanidad vive cada día de milagro. Lo difícil es vivir, y no depende sólo de nosotros, sino de las circunstancias. Esa debilidad se entiende desde la religión y se afronta desde la política. Hay que prevenir antes de curar.
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