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El partido Jaén Merece Más lleva poco tiempo en el ‘ring’, pero se ha sumado a una cosa antigua que es la de buscar la chanza en el día de los inocentes. “Sánchez Castejón se ha puesto en contacto este mediodía con Jaén Merece Más”, publicó la formación en sus redes sociales, y añadió tres ‘check’: “Condonación 100% de la deuda municipal de todos los ayuntamientos de la provincia de Jaén (incluida la enorme deuda de la capital). Inicio obras AVE Málaga-Madrid con una única parada en Jaén en 2024 y plazo máximo de ejecución 3 años. Terminación en menos de 2 años de todas las autovías inacabadas de la provincia de Jaén sean competencia del Gobierno Central o Junta de Andalucía”. Su rocambolesco mensaje acabó así: “Todo a cambio de investir en todos los ayuntamientos de la provincia de Jaén a los alcaldes socialistas comenzando por Julio Millán”.
De pequeño, me crie en una casa llena de periódicos, y era tradicional que mi padre y yo buscásemos inocentadas en las páginas del 28 de diciembre. Él era el primero en hojear y las encontraba fácilmente. Luego nos poníamos a confrontar otras candidatas a inocentadas, pero que no eran tal. Con el tiempo, las bromas en los diarios dejaron de hacerme gracia: conforme fui creciendo, comprendí que los hechos son algo muy serio, son sagrados. Mi rechazo final llegó en la adolescencia gracias a una columna, que todavía guardo, del entonces defensor del lector en ‘El País’, diario que las tiene prohibidas por principios: “La inocentada es reliquia de un periodismo trasnochado”, escribió Camilo Valdecantos.
En unos tiempos de borracheras de ‘fake news’, en los que hay periodistas asesinados por publicar informaciones y en los que la cosa pública está llena de crispación, creo que las gracietas y las bromas se tienen que quedar para ‘El Jueves’ o para los shows de Ignatius Farray. Es muy singular que Jaén Merece Más busque la risa difundiendo falsedades como que el presidente del Ejecutivo se ha puesto en contacto con un partido que gobierna en la capital para tratar proyectos o para algo tan serio como la enorme deuda municipal del Ayuntamiento de Jaén. Y mucho más aún que se bromee con lo de investir a Julio Millán: primero, porque fue el político más votado por los jiennenses de la capital, y eso merece un respeto; y segundo, porque se supone que estuvieron barajando la opción de pactar con él.
No sé cuánto analizaron en Jaén Merece Más, si es que lo hicieron, la idoneidad de publicar una inocentada, algo que, por cierto, desde el partido no señalaron como tal ni cuando acabó el 28 de diciembre. Pero cuando la política tiene asuntos tan serios encima de la mesa, especialmente en la capital, su intento de broma puede asemejarse a los que buscan el chascarrillo en la barra del bar para que otros paguen la Fanta o en la tertulia chusca de El Hormiguero. También puede entenderse como una burla hacia los que no les ríen las gracias o que, directamente, hagan otras publicaciones en sus redes sociales que también se tengan que tomar a cachondeo. E, incluso, puede que haya quienes encuentren aquí un paralelismo con lo que Valdecantos pensaba de las noticias falsas vestidas de broma en la prensa: un partido que hace inocentadas es reliquia de una política trasnochada.
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