El flamenco según Ybarra

Actualmente no se puede hacer nada de flamenco en Sevilla, que tenga que ver con el Ayuntamiento, sin el control de Luis Ybarra, el director de la Bienal. Es la última incorporación al Clan de la Mistela. No sé si han visto el ciclo Amalgana, presentado el pasado martes. Un ciclo de encuentros de artistas con periodistas, o sea, de amiguetes con amiguetes del que manda, el nuevo manijero de la cantelogía patria, expresión acuñada por el pintor Juan Lafita.

No es justo que con lo mal que lo pasan los críticos en la Bienal, cobrando una miseria por las críticas, cuando hay una perita en dulce no llamen a estos críticos, que son los que saben, sino a un directivo radiofónico, por ejemplo. O a una politóloga tertuliana. Del periódico de Ybarra hay dos, que son los que chanelan. De la televisión pública, un tal Sardiña, que no es el Sardina de Leganés. Conozco a media docena de buenos críticos y flamencólogos que podrían haber estado, pero o eres del Clan de la Mistela o ve pensando en la vendimia francesa.

Dijo hace unos días Eva Garrido La Yerbabuena, bailaora de relumbrón, que el flamenco se encuentra en cuidados paliativos. O sea, casi tieso. ¡Curioso, quién lo diría! ¿Estarán cerrando el grifo de los pelotazos públicos? Ya lo dije hace años, que esto estaba mal y que se iba a poner peor. Me dijeron de todo. Pues sí, en cuidados paliativos, aunque parezca que nunca ha estado mejor la cosa jonda. Y ya veréis cuando llegue Montero la de Triana, Marisu de la Cava, doctorada en palmas atravesadas.

Les pedimos hace medio siglo a los políticos que se ocuparan del flamenco y se lo pedimos tantas veces y hasta de rodillas, que atendieron nuestras súplicas. Pero ahora mandan ellos y el que se mueva no sale en la foto. Ponle un pero al Ayuntamiento, la Diputación o la Junta y olvídate de mojar sopa. Esto entró hace dos décadas en una rutina tan grande, que vas a un festival y caes en una depresión. ¿Saben lo que dijo un día Manuel Torres, el genio jerezano de la seguiriya gitana? “Esto está para acostarse y no despertarse”.

Una pena que no haya hoy nadie que tire del carro del flamenco, como en otros tiempos hicieron Silverio, Chacón, Caracol o Mairena. Mercé anda muy liado con su antología del cante, que iba a ser del siglo XXI y debe andar ya por el XXIII. Poveda podría, pero su militancia lorquiana lo tiene lunático. Lástima que el Pele de Córdoba sea un pasota, porque es el genio que queda, el tocado por la varita.

Baje, señor Silverio, y ponga orden.