¿Es el enemigo?

La ministra de abrazos y arrumacos, Margarita Robles, visitó esta semana Jaén, con una flor engarzada en la melena y una camiseta de John Lennon y Yoko Ono yaciendo en la cama. Si no lo vieron es que no prestarían la atención suficiente. Probemos a ver si estuvieron atentos al mensaje.

Como fina estratega que es, comprobó que la polémica política del día sería cuestión semántica y desenvainó un arsenal de palabros cruzados con tino. Si al presidente en jefe, Pedro Sánchez, no le gusta la palabra “rearme”, pues se busca en nuestra rica lengua una expresión que no incomode al amplio espectro (de fantasmagórico) de la guadianesca mayoría gubernamental. Así las cosas, ella puso de su parte para, sutilmente, aclarar que es necesario “invertir en paz, libertad, seguridad y defensa”, por ese orden, que ella ya tiene unos cuantos trienios en la trinchera política.

Su propio presi, cuando sólo era secretario general del partido, sufrió un espasmo antibelicista y amenazó en una entrevista con cargarse el ministerio de Defensa, luego lo matizaron para concretar que sólo se trataba de reducir su presupuesto. Cuestión de hemeroteca, como si ustedes no cambiaran de parecer cada día. En la misma dijo de cambiarle el nombre al partido por España Socialista Obrero Partido (ESOP). Pues ni lo uno ni lo otro, pecados de juventud.

Robles, ministra de Defensa, de momento, a la espera de que el BOE del lunes pueda cambiar la nomenclatura orgánica (vayamos a empezar a asustar a la parroquia desde el concepto) recibió el Premio de la Provincia de Jaén, otorgado al Ministerio de “la cosa” por la Diputación de Jaén para reconocer su compromiso con el Cetedex, que es un proyecto de Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación en el que trabajarán, de forma recia, en sistemas de inteligencia artificial, vehículos inteligentes y sistemas anti-dron. Asuntos todos relacionados con la “cosa” y el Ejército amado (sic), pero desde un punto de vista de “innovación, tecnología y futuro”. Ven como se pueden explicar conceptos difíciles con buena pedagogía.

No es tarea fácil ser ministra de “la cosa” en un gobierno con socios tan progresistas como Junts que te reforman la ley de extranjería en España por el bien común y, a renglón seguido, su portavoz, Míriam Nogueras sufre una severa dermatitis atópica sólo con ver la bandera de esta otra cosa llamada España en el Congreso de los Diputados. A quién se le habrá ocurrido importunar a la diputada con semejante dislate. Póngale un chocolate y porras del país para que se le pase el berrinche.

Quizá Robles, en modo Gila, desde la bancada piense en tan singular tropa y sin saber ya quién es el enemigo: “No sé si habrá balas para tantos, pero nosotros las tiramos y ustedes se las reparten”.