César Romero

Me enamoré de Brad Pitt

13 de diciembre 2024 - 03:09

Yun día me pasa a mí. Ves esas noticias en la tele y no te las crees. Nunca te podrá pasar, hay que ser muy pánfila para pensar que de todas las mujeres que hay en el mundo mundial ese tipo, ese tío macizo al que le sobran las tías, porque le llueven de todos lados y se las tiene que ir quitando de encima, se va a fijar precisamente en ti. En ti, que vives en un barrio desangelado a las afueras de Pamplona, o en un pueblo perdido de la sierra riojana. En ti, que por no atreverte ni siquiera te atreves a escribir al First dates.

Ni un día me lo pierdo. Lo pongo bajito para que mi padre no se despierte. Se adormila nada más cenar, aunque si lo ve de reojo empieza a despotricar, “Mira la puta esa tan pintarraqueá”, “¡Cuántos maricones!”, y lo tengo que quitar. El pobre no sabe lo que dice, cada vez tiene la cabeza más ida, me hago cargo de él todo el día. Bueno, salvo las mañanas, que va al Centro de día. Tengo hermanas, sí, y un hermano pequeño, pero tienen familia, y viven algo lejos. Con esta carga quién va a salir, quién puede buscar nada. Y además qué plan voy a encontrar en este sitio de mierda. Lo de la España vacía, o vaciada, o como sea, lo de la vida rural está muy bien para un fin de semana. Ahora, pásate aquí un día y otro y otro, viendo las mismas caras retorcidas, repitiendo las mismas historias, renovando rencores heredados. Infierno grande no, lo siguiente. Menos mal que nos queda la tele. E internet.

Son tan largos los días. Tan largos. Te acabas cansando de la tele. Y el móvil lo manejas tú sola, a tu antojo, no está el viejo fisgando. Cuando me di de alta en la página claro que sabía que quien me contestaba no era Brad Pitt. Cómo iba a ser Brad Pitt, y contestando en español, que el tío está buenísimo, pero de español ni jota. Pero le escribes y te contesta. Vuelves a hacerlo y ahí lo tienes de nuevo, tan buen corresponsal. Y por vez primera en no sé cuánto tiempo, años, siglos, hay alguien que te presta atención, que se fija en ti, alguien para quien no eres un hola y adiós, una mera sombra sin vida, que ni a fantasma llegas. Y empieza a recorrerte algo por dentro, y te dices que Brad Pitt no se puede enamorar de ti, so tonta, si le sobran las mujeres, aunque algo se ha removido ahí dentro, y la mañana se te pasa ahora veloz, esperando el momento de abrir la página y hablar con él. O el ansia mientras tu padre se duerme te puede, y le contestas mal, y le pones dos gotas de más para que duerma desplomado y te deje chatear a gusto. Y sabes que Brad Pitt no se va a enamorar de ti, que es mentira, y que te pedirá dinero, o ya lo ha hecho, pero empieza a darte todo igual, y se lo darás y te desplumará, no porque te estés enamorando de Brad Pitt, que lo has estado desde siempre, ni porque creas que vaya a cumplir su palabra y venga a verte, sino porque por vez primera desde hace años, siglos, vives ilusionada, una ilusión llena tus vanos y aburridos e inanes días.

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