Dos cuadros que deben ir al Bellas Artes

¡Oh, Fabio!

08 de marzo 2025 - 03:09

Benito Navarrete es el general MacArthur del patrimonio pictórico de Sevilla. Por esas cosas de la Universidad, tuvo que abandonar la ciudad para terminar de catedrático en Alcalá de Henares (uno más en la lista del talento fugado), pero antes entonó su particular “volveré”. Y vaya si vuelve. No hace otra cosa, como el del tango. Tanto que parece que pernocta todos los días en su bonito piso del barrio de Santa Cruz. Nada de lo sevillano le es ajeno. Solo hay que asomarse a X para comprobarlo. Como cuenta hoy en este periódico Juan Parejo, él ha sido quien ha lanzando por las redes sociales una campaña para aprovechar la oportunidad única de que el Museo de Bellas Artes de Sevilla se haga con dos cuadros de suma importancia: el San Pedro Penitente de Abengoa, de Murillo, y el retrato de Sor Jerónima de la Fuente, de Velázquez.

Pablo Hereza, el autor del monumental Corpus de Murillo, es un hombre muy distinto a Benito Navarrete. Más circunspecto e impasible. Pero no ha dudado en secundar su iniciativa. Dos grandes obras sevillanas se han puesto a tiro y hay que aprovechar la ocasión. El San Pedro Penitente está pignorado por Hacienda debido a la deuda que Abengoa, su propietario hasta el momento, tiene con la Seguridad Social. Y el Sor Jerónima ha salido misteriosamente y sin permiso de exportación definitivo a la venta en la Feria de Mastrique –la más importante del mundo en arte antiguo–, una operación que tiene visos de ser ilegal y que requerirá una investigación por parte de un Ministerio de Cultura al que solo parece interesarle el activismo woke. Sea como fuere, se abre una oportunidad para que el Estado pague la gran deuda que tiene con los museos andaluces (lleva dos años sin comprar nada) y adquiera para el Bellas Artes estas dos obras. La primera, porque no debe volver a salir de Sevilla lo que en 1810 expolió Soult. La segunda, porque es de la época sevillana de Velázquez, apenas representada en el Museo.

El ministro Urtasun puede demostrar que no es ese sectario que algunos dicen (el arribafirmante entre otros). Solo tiene que tirar de chequera. Lo mismo que hace su Gobierno continuamente con Cataluña. Al alcalde de Sevilla, por su parte, se le ofrece una ocasión única para redimirse por aquella frivolidad del traslado del Bellas Artes y apoyar con decisión una campaña que debería movilizar a la ciudad, con él al frente, sin fruncir el ceño. Ayer ya ardían las redes. Ahora lo tienen que hacer los despachos y los teléfonos.

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