Carmen Camacho

Consejos para hacer turismo en Sevilla

La lluvia en Sevilla

23 de mayo 2025 - 03:08

Convencida de las razones por las que hace un par de años Sevilla fue nombrada Capital Europea del Turismo Inteligente, y sabedora de que el año pasado rozamos los cinco millones de visitantes, ofrezco los siguientes consejos útiles para que el turista triunfe entre nosotros.

Uno: si es mujer y viaja con un grupo de amigas, háganse con una pinza con forma de floripondio rojo, préndanselo al pelo y paseen con el garbo que les caracteriza, para que los agentes interesados puedan identificarlas de momento. Dos: si es visitante nacional, imite nuestro acento; no hay cosa que guste más al aborigen. Tres: si es extranjero, no se tome la molestia de adaptarse a nuestros horarios y frugalidades; hay lugares de sobra en los que poder degustar en plena canícula paellas vespertinas para cenar (feliz digestión). También puede integrarse en nuestros husos y usos, tomando fino y espinacas con garbanzos en auténticas barras con solera. Para ello solo tiene que fijarse si hay una larga cola de turistas en la puerta de la histórica bodega. Mas –por lo que más quiera– esquive los bares diminutos, recónditos y sin aparente encanto donde se esconden los nativos. Cuatro: si nos visita en grupo superior a 50 personas y es Jueves Santo, alquilen bicicletas y recorran pedaleando las calles más angostas. Observen las lindas colgaduras en las fachadas y saquen al balcón del apartamento sus mejores toallas. Crean a pies juntillas lo que se invente el guía furtivo, así como el nuevo vídeo tenebrista Andalusian Crush de turismo religioso (ese oxímoron).

Quinto de la tarde: jamás vaya al mercado de la ciudad que visita si no suele ir al de la ciudad de la que procede. Así nos ahorraremos que se pongan los precios por las nubes y los vecinos seguiremos comprando en ellos. Si va, y el placero ha colocado un cartel donde, en perfecto inglés, se ruega no hacer fotos, hágalas. Seis: no me diga que yo también soy turista en su ciudad si yo no hago en su ciudad lo que usted hace en la mía. Siete: no se crea que, antes, todo esto también eran veladores. Aquí solemos alternar de pie y en alegre merodeo. Ocho: pregunte a las vecinas qué ventajas y mejoras reales obtienen sus barrios de los ingresos turísticos, y qué inconvenientes; qué nos da este modelo turístico, y qué nos quita. Nueve: no es necesario que se reivindique, si lo es, como visitante respetuoso y discreto, lo sabremos reconocer al instante. Diez: recuerden que ustedes no son los principales responsables ni el fin, tan solo el medio de infligir a Sevilla la turistificación, el encarecimiento y su dilución. Como dijo Rafael Pérez Estrada, “somos, solo, consecuencia económica / de un vuelo charter. / Lo demás es mentira”.

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