Condestable

VERICUETOS

19 de octubre 2024 - 10:41

La feria de Jaén es la última del año. Siempre llueve. Hay toros. Noria. Peleas, ruido, cocos, turrones, vino y olor a mierda de caballo. Lo normal en toda feria que se precie. Porque una feria es un microcosmos donde conviven sin mezclarse cayetanos, chusma y gente normal. Por eso no la soporto; soy elitista y prefiero las bibliotecas, qué le voy a hacer... Y por eso mismo les voy a dar la tabarra que corresponde a alguien tan pedante como yo, relatándoles el motivo de que la feria jaenciana esté dedicada a San Lucas, el médico griego que además fue un evangelista simbolizado con un toro. Porque en la feria de Jaén hay toros...

Resulta que en tiempos de Enrique IV, impotente la criatura, estaba vacante el puesto de Condestable de Castilla, que no era otra cosa que el máximo representante del rey en ausencia de este. Como Bárbara, poco más o menos... Ajusticiado Álvaro de Luna y muerto su padre, Enrique subió al trono siendo antes el único príncipe de Jaén de la historia (en casa tengo un cuartillo original acuñado en la ceca jaenciana; era un dato innecesario, pero tenía que aportarlo para presumir de mi afición numismática).

Pasaron cuatro años de reinado hasta que Enrique finalmente nombró como Condestable a un joven Miguel Lucas de Iranzo, lo cual provocó la sorpresa y el recelo de toda la aristocracia castellana. Al año siguiente el muchacho trasladó su residencia a Jaén junto a su esposa Teresa de Torres y justo aquí nos vamos de feria.

Según dicen las crónicas el bueno de Miguel Lucas celebraba su onomástica cada 18 de octubre, pero lo hacía yendo a misa, así que poca fiesta. Todo Jaén sigue creyendo que la feria es por el Condestable, pero en realidad la feria primitiva se celebraba en agosto, que para algo la Catedral de Jaén está dedicada a la Asunción de la Virgen.

El caso es que a Miguel Lucas lo mataron años más tarde a ballestazos en la vieja Catedral mientras rezaba, posiblemente por orden de su rival el obispo de Jaén, Alfonso Vázquez de Acuña, que había otorgado privilegios a la Compañía de los Doscientos Ballesteros del Apóstol Santiago de Baeza. Crimen con firma. Todo muy cristiano...

San Lucas dejó de ser importante en Jaén hasta que a principios del siglo XIX hubo una epidemia de viruela y se prohibió celebrar la feria en el caluroso agosto, así que se pasó al más lluvioso octubre aprovechando que para entonces había una feria del ganado. Y desde ese momento los jaencianos subimos y bajamos las cuestas del recinto ferial (porque nunca hemos tenido un ferial en llano) con ganas de parranda, juerga y jarana. Los más pudientes van a los toros a fumarse un puro. Porque en Jaén hay toros, que para eso es San Lucas; pero no debería haberlos, porque ya está bien la broma de matar para reír. Dicho esto, ¡nos vemos en la feria! Que lo de las bibliotecas era un farol...

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