Con Altadis a cuestas

La lluvia en Sevilla

07 de marzo 2025 - 03:07

Nos escandalizan las barbaries urbanísticas y paisajísticas de otras épocas: el muro de Torneo con el que Sevilla cerraba los ojos al río, la Plaza de España hecha un aparcamiento, plazas duras, talas, el palacio de los Sánchez-Dalp derribado para poner en su lugar la caja de zapatos que alberga El Corte Inglés, Altadis entre el río y Los Remedios, y Los Remedios mismamente, que se estudia como ejemplo de desastre urbanístico. Los estropicios que nos quedan por ver prometen no quedarse chicos. Poco y mal progreso es el que acaba por pegarnos más aún a la pared.

Desde un taxi por el paseo de las Delicias rumbo al Polígono Sur –he quedado con las alumnas y alumnos del instituto Ramón Carande–, contemplo que las obras del proyecto Altadis despejan la vista. He leído que el plan contempla un incremento del número de árboles y un nuevo carril bici, qué bien suena. El desengaño no tarda en llegar, en forma de mensaje de wasap que me envía un vecino de la zona, con un enlace a las redes. Dice así: “Alerta. Van a arrasar con un parque que actualmente es zona verde para niños del barrio. Van a talar más de 20 árboles y reducir la masa arbórea del parque en un 40%. Para construir aparcamientos y un carril de circulación. Esto es inadmisible. Compartid por favor”. Desde este miércoles rugen las motosierras. Se trata del parque Manuel Ferrand, autor del que este año celebramos su centenario. Si las obras de los jardines que llevan el nombre del autor de Naturaleza en Sevilla recortan el parque infantil para hacer aparcamientos, talan árboles, quitan accesos peatonales e incorporan el pipicán a la zona infantil, les va a quedar un estupendo y paradójico antihomenaje a alguien que amó por su nombre cada calle de esta ciudad.

Le siso a Ferrand –y lo tuneo– el título de la novela cuya trama transcurre precisamente en Los Remedios, y que obtuvo el Premio Planeta en 1968. Con el proyecto Altadis a cuestas, a las vecinas y vecinos del barrio les toca contemplar, y así lo denuncian, que –leo en este su Diario– “la reurbanización del barrio está enfocada a los huéspedes del hotel de lujo, no a los vecinos”, hotel al que “le sobran los niños, los perros y los coches”.

Está feo que las ciudades vivan de espaldas al río, pero peor aún es que lo hagan de espaldas a sus vecinos. Por suerte, Sevilla mantiene una vigorosa acción vecinal que se junta y no se calla, menos aún cuando le tocan las zonas verdes, la dignidad básica de tener luz o el exiguo lugar donde juegan los niños. Otrosí, el argumento de talamos este árbol de aquí, pero colocamos unos plantones acullá, no cuela. La reurbanización de Altadis ha de ser una ocasión para enmendar, y no para seguir empeorando, el discurrir cotidiano de Los Remedios. Larga y común vida a los jardines de Ferrand en el año de su centenario.

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