
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
Su reino no es de este mundo
EN LINEA
China es la nueva Lourdes política, la tierra de los milagros económicos. Vas con una cojera por un déficit del carajo o con el PIB dislocado y vuelves a casa capaz de correr la San Antón sin romper a sudar. Hizo bien el alcalde de Jaén, Julio Millán, en peregrinar hasta Chongqing por aquello de compartir sabiduría de gobernanza. Si le hubieran pedido ponerse un quipao, bien ceñido, pues se lo pone, que no está el orden geopolítico mundial para ir marcando estilo propio vestido de chirri.
Dirán que está lejos China, que para hacer la ruta de los milagros bastaba con hacer el camino hasta el santuario de la Virgen de la Cabeza. Mas el atajo autóctono puede surtir efecto para cosas más mundanas, plegarias de andar por casa, léase, cuadrar unas liberaciones, equilibrar los egos de los socios de gobierno o, si acaso, echar a andar el tranvía... pero hay entuertos que ni la Reina de Sierra Morena en modo omnímodo. Eso sí, el “jet lag” de una buena romería puede durar lo mismo que coger “la pava” hasta la República Popular China, que no se nos olviden el resto de los nombres propios que marcan muchísimo el carácter.
Si el presidente Sánchez cogió su petate, presto, raudo para ponerle buena cara al nuevo líder mundial, Millán hizo lo propio, la ruta de la seda, pero a la inversa, para mostrar género “Made in Jaén”: "Me lo quitan de las manos". Es lo que toca. Y si cae una inversión para una fábrica de coches eléctricos o un variopinto convenio comercial con el gigante, pues bienvenido sea.
En el Lejano Oriente, no obstante, fliparán con el milagro económico jiennense, en concreto, con un Ayuntamiento que debería de colgar el cartel de “se vende”, pero que ahí sigue, tapando agujeros, cuadrando cuentas a la semana con tiza en el mostrador, escribiendo, en definitiva y con plural mayestático, su particular manual de resiliencia. En lugar de comprar amuletos autóctonos, al propio alcalde, los mandamases chinos le habrán solicitado alguna reliquia jaenera para contar su “milagro” económico de cada día.
Cambió el paradigma que dimos por bueno tanto tiempo: Estados Unidos inventa; China copia y Europa regula. El amigo americano se volvió perezoso, nosotros seguimos perdidos en la letra pequeña y los chinos, por decreto, ahora inventan sí o sí, es lo que tiene un buen régimen autoritario cuando se centra en algo, no da tiempo ni a rechistar. Esta no la vimos venir, tampoco que la apuesta en I+D de Radio Televisión Española era fichar a Belén Esteban y su circo de los horrores. Manduca televisiva para ingerir con refrescos azucarados.
De vuelta al terruño, por orden del señor alcalde se hizo saber, bando mediante, que los reyes visitan la ciudad el próximo martes y que lo suyo es darles una “cálida bienvenida”. Faltaría más, está en el ADN jiennense ser hospitalario y de ahí la preocupación gentil, popular, de saber cómo llegarán los reyes a la provincia y hasta el centro de una capital con 1200 años de historia, pero que en materia de comunicación se rige por el huso horario del siglo pasado. Ya queda menos, nos dicen, otra vez la cuestión de fe.
Quedémonos, con todo lo bueno que trae la visita del jefe del Estado, como punto de inflexión de un calendario festivo por la capitalidad que bien podría ser oportunidad de arañar tiempo de calidad en informativos en los que, habitualmente, la otra España y la otra Andalucía luce poco.
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