Maleducados

15 de junio 2024 - 07:00

Letras mixtas. Esa fue mi elección el siglo pasado cuando se abrió ante mí la posibilidad de elegir entre varios caminos hacia mi futuro laboral. Todo surgió de los resultados de un simple cuestionario, que me hizo ver que lo mejor en esta vida es tomar decisiones templadas e intermedias. Lo malo es que en realidad eso es lo peor que uno puede hacer...

La falta de valentía a la hora de tomar decisiones, como fue mi caso, solo provoca debilidad y un inevitable riesgo elevado de error humano. Por eso es tan importante una acertada orientación vocacional, que sea preventiva y que corrija esa ausencia de iniciativa con tal de evitar fracasos, traumas y frustraciones que se acaban arrastrando toda la vida.

Yo quería ser médico, arqueólogo, pianista, poeta... Pero lo máximo que he conseguido ha sido curarle las heridas a mis hijos cuando se caen, coleccionar monedas antiguas y saber algo de Historia, mover los dedos sobre un teclado mientras escucho música clásica y escribir novelas donde a veces surgen frases que parecen versos... Pero en el fondo no he cumplido ninguno de mis sueños laborales, y es una pena.

Por eso, cuando veo cómo ninguna ley de educación es capaz de afrontar este problema tan extendido en la sociedad y cómo cada administración pública hace de su capa un sayo mirando de soslayo, no puedo dejar de pensar en los millones de menores en edad de escolaridad obligatoria que se verán abocados a una vida no deseada por el mero hecho de no haber encontrado en el momento adecuado a un mentor que les animara a pensar por sí mismo y ser valientes. ¡Cuántas malas decisiones se heredan con tal de no decepcionar! ¡Cuántas renuncias a ser felices!

Un sistema tan injusto como el actual solo puede crear una sociedad injusta. ¿Por qué una nota de corte impide a un médico vocacional estudiar Medicina? ¿Por qué se permite que alguien que no ama su profesión haya tenido el privilegio de formarse en ella para luego convertirse en un mal profesional? ¿Cuándo dimos preferencia a los números frente a los valores?

A día de hoy sigo viendo con ojos infantiles las películas de Indiana Jones mientras sobrellevo como puedo esta vida errática e insegura que me ha tocado. Posiblemente como usted, que ahora me está leyendo siendo consciente de que, en el fondo, casi todos somos unos maleducados.

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