Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Viviendo los Nuevos Felices Veinte
Tribuna Económica
Cuando a principios de 2024 empecé a plantear la hipótesis de que podíamos estar viviendo los Nuevos Felices Veinte solía cosechar más caras de dudas, por no decir de incredulidad, que de aquiescencia entre el público y no pocos reproches por parte de interlocutores, bien documentados, que señalaban todo tipo desdichas actuales y, sin duda, reales para refutarme. En resumen, se consideraba la última boutade de otro economista que, para variar, pretendía ser disruptivo.
Al fin y cabo, se seguían empleando términos como policrisis o permacrisis. Esta última fue palabra del año en 2022 y no eran pocos los que habían pronosticado, no hace tanto, recesiones que siguen sin llegar. El mismo The Economist, en enero de 2024, definió nuestra época como “permavucalution”, fruto de mezclar la palabra permacrisis con el acrónimo VUCA, que en inglés recoge volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. En resumen, no era el tiempo más propicio para predicar optimismo.
Cerca de un año después, los Nuevos Felices Veinte, aunque no son una certeza, se han convertido en un escenario probable. En gran parte del mundo desarrollado encontramos datos que así lo indican, entre los que destacan los siguientes: bajas tasas de desempleo, próximas a mínimos históricos; robusto crecimiento económico, liderado por los países mediterráneos; disminuciones, aunque leves, de la desigualdad, motivadas por las significativas subidas de los salarios mínimos en términos reales, y por las ayudas sociales que se han dado tanto por la Covid como para proteger a las economías domésticas de la inflación; tipos de interés decrecientes, aunque todavía claramente por encima de la media de las dos últimas décadas o récords de ingresos en todos los sectores del ocio, desde los más específicos, como la hostelería o los conciertos y música en vivo, al más genérico del turismo.
Ello no implica que no existan países que lo estén pasando mal –Alemania es un buen ejemplo– o problemas globales que están afectado seriamente a las economías domésticas, como la inflación y el muy complicado acceso a la vivienda. Pero también en ambos hay noticias esperanzadoras. Por ejemplo, en España, la inflación se encuentra ya por debajo del 3% y, en la vivienda parece que las administraciones se han dado cuenta de la gravedad de la situación y empiezan a tomar medidas.
También en los Felices Veinte del siglo XX hubo espinas. De hecho, fueron disfrutados por un porcentaje de población inferior al que está disfrutando de los actuales, ya que las tasas de desigualdad y pobreza eran muy superiores a las presentes. También fueron tiempos en los que las democracias estuvieron cuestionadas, incluso más fieramente que ahora, tanto por el fascismo, como por el comunismo, viviéndose la llegada poder de dos de los mayores y crueles autócratas de nuestra historia, Mussolini y Stalin. Es decir, con todos sus problemas, los Nuevos Felices Veinte pueden, incluso, acabar siendo mejores que los anteriores.
Además, la llegada de Donald Trump y sus medidas liberalizadoras, a corto plazo, pueden ayudar a seguir alargando la fase de expansión actual. Incluso, abusando de los paralelismos, Trump y su anarcocapitalismo, también aumentan la probabilidad de que, como los anteriores Felices Veinte, los nuevos se vean sacudidos al final por un crack de los activos financieros. Especialmente si la Inteligencia Artificial tarda en proveer las maravillas que nos promete y que han inflado la cotización de muchas acciones. Pero, mientras tanto, parece que seguirá la fiesta económica en 2025.
También te puede interesar
Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Viviendo los Nuevos Felices Veinte
Sueños esféricos
Al Betis se le nubla la vista
Visto y Oído
El chef
Salud sin fronteras
Democratizar nuevas terapias