Juan Pinto

Primavera de la esperanza, aroma a Champions y el gran reto europeo

La Panorámica

El fútbol da a veces unos giros inesperados, pero este Betis tiene por delante una primavera para hacer historia, para soñar, una primavera de esperanza. ¿Por qué? Porque desprende aura de equipo ganador. La unión entre club, cuerpo técnico, plantilla y afición es total y cuando eso pasa, la fuerza del beticismo se traslada al terreno de juego.

La directiva cambió el paso en el mercado de enero y de no ver nada claro la idea de acudir a éste con fuerza, acabó dando el paso adelante y apostó de verdad por reforzar al equipo con calidad, y ahí están los aciertos de la dirección deportiva: un Antony que parece que lleva toda la vida jugando de verdiblanco; y el Cucho, que marca goles y sabe jugar bien a la pelota. A eso se le suma, y de forma exponencial, la figura de Isco Alarcón, un futbolista de otra dimensión. Un líder que además sabe guiar a sus compañeros, quienes también han dado un paso adelante dentro de esa dinámica positiva en la que están los de Heliópolis. Pero, además, sin el costasoleño y con rotaciones, fue tremenda la forma en la que el Betis dio la cara ante el Barcelona, haciendo sentir orgullosa a su parroquia con el pitido final de Gil Manzano. “Sumar, sumar y sumar”, gritaba Marc Bartra al final del partido mientras todos los jugadores del Betis se felicitaban entre sí y aplaudían a los béticos presentes en Montjuïc. Y es que es el momento del Betis. En su mano tiene soñar con jugar la Liga de Campeones por segunda vez en su historia y, sobre todo, la oportunidad de seguir apostando fuerte por la Conference League.

Para un club como el Betis, que a nivel de competiciones europeas su recorrido es de bajísimo caché, conquistar un título sería un paso de gigante en su historia por el Viejo Continente. Sería decirle a Europa que aquí está el Betis. Y es que vivir una noche mágica en Breslavia (28 de mayo) es un sueño en la primavera bética que para hacerse realidad requiere de dar un pasito más el próximo jueves ante el Jagiellonia para darle continuidad a lo vivido en Guimaraes con un ambiente que debe ser en el Benito Villamarín, como mínimo, igual que el que hubo en el derbi. Así lo pidieron los propios futbolistas del cuadro de La Palmera a la conclusión del duelo en la Ciudad Condal, pues en el vestuario hay ambición, mucha ambición y el plan de Manuel Pellegrini –siempre ya con el don por delante– en el club de La Palmera no ha terminado.

En el ambiente bético huele a 2005. Las sensaciones son la mismas que entonces. Temporada histórica, Copa y clasificación para Champions. La idea de repetir aquello engorila al beticismo. Falta todavía, paso a paso, pero el bético sueña en grande. Es el momento del Betis, la primavera de la esperanza, aroma a Champions y el gran reto europeo.

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