Álvaro Romero
Socimis
Aasml Holdings, la mayor compañía de semiconductores de Europa, registra una rentabilidad de apenas un 3% desde comienzo de año y ha perdido más de un 30% de su valor desde el verano tras avisar de una fuerte caída de sus pedidos durante el tercer trimestre. Mientras tanto, Nvidia, el mayor fabricante del mundo ha triplicado su valor desde comienzo de año en una subida imparable por el boom de la Inteligencia Artificial.
Pero no todo es inteligencia artificial en el mundo de los chips, que se utilizan desde hace tiempo en un amplio rango de industrias. Así, el sector se enfrenta a un escenario divergente entre la demanda creciente relacionada con la IA, y la recesión en sectores relevantes como los automóviles, fabricantes de móviles y de ordenadores entre otros. Estos sectores todavía arrastran las consecuencias del boom de la demanda que siguió a la pandemia creando un exceso de inventarios que todavía se está absorbiendo.
Compañías como ASML o Infineon han comentado recientemente que esta situación se prolongará durante buena parte de 2025, hasta que se complete el ajuste de inventarios dejando paso a una nueva fase de aumento de la demanda. Sin embargo, más allá de las fluctuaciones cíclicas, el crecimiento estructural del sector a largo plazo está asegurado por la tendencia a la digitalización de la economía y por el desarrollo de la inteligencia artificial. En este sentido, ASML espera que los ingresos del sector de semiconductores global aumenten a una tasa del 9% anual hasta 2030. En este contexto, compañías como Nvidia que diseña los microchips de alta capacidad para la IA, Taiwan Semiconductors que los fabrica, o ASML que produce las máquinas para su fabricación seguirán ofreciendo a los inversores una vía atractiva y rentable para participar de este crecimiento.
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