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Jaramagos
Otra vez con lo mismo? Si salen nazarenas desde hace años, y además (encima dirían algunos) están en las juntas, tienen igualdad de derechos”. Oímos repetidamente estas palabras hablando de cofradías, y desde tiempo atrás. Pero, ¿esta igualdad de derechos es real? Ahí es donde siempre estuvo el problema.
Como todo lo relativo a la Semana Santa este tema padece tópicos y leyendas. Yo los llamo jaramagos o mala hierba que ha crecido sobre la verdad histórica. Uno de ellos es creer, y lo que es peor difundir, que las mujeres nunca han participado en las hermandades y que hoy es una novedad; pero si leemos encontramos datos, análisis, conclusiones… publicados ya hace años, sobre las hermanas y cofradas participando en la vida de la hermandad y en las cofradías en las calles, desde los orígenes de la Semana Santa. La prohibición de que las mujeres realizaran estación de penitencia viene de 1920, cuando se les impusieron limitaciones, y de 1940, cuando se prohibió totalmente su participación… hasta mediados de la década de 1980. Una prohibición de “ayer por la mañana” y que duró unos cuarenta y cinco años dentro del transcurso histórico de más de quinientos años de existencia de las hermandades sevillanas.
Pero el problema de la igualdad tiene muchísimos más factores y claves. En algunas cofradías por los años ochenta hubo nazarenas, pero en listas separadas, sin tener voz ni voto, sin ser electoras ni elegibles para cargos de juntas. Eso se logró después, cuando unas pocas mujeres comenzaron a ejercer cargos, pero muchas veces eran los que se consideraban por algunos como una especie de extensión de su papel “femenino” en la sociedad: caridad, juventud… cayendo además en el grave error de minusvalorar estas funciones.
Hoy, cuando vamos superando esta situación, sigue siendo evidente que no hay igualdad real si la presencia de mujeres en una junta no deja de ser novedad o noticia, y sobre todo si no tienen participación en las decisiones fundamentales de una hermandad. No es importante ser hombre o mujer, sino ser mejor cofrade… o cofrada.
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